Cuando pensamos en el concepto de ciudad queremos que esta tenga diversos centros de identidad; una ciudad para pasear y disfrutar, una ciudad activa, agradable, amable, a la altura de las personas. Una comunidad con derechos de ciudadanía y personas libres, creadoras, activas, respetadas…Lo contrario de una ciudad colmena o de “productores” que se construía en los años sesenta. “Al complejo entramado del gobierno municipal –ediles, directores de departamento, técnicos que administran el presupuesto- le cuesta entender y crear este modelo de ciudad” Aseguran desde la asociación vecinal Lantxabe.
“Por ejemplo, Munto forma parte de ese centro simbólico que necesitan los barrios; pues bien, los gobiernos anteriores encerraron Munto en medio de un planeamiento urbano que lo ignoró. En consecuencia lo afearon, lo convirtieron en un estorbo, lo descatalogaron, lo vendieron y esperaron su ruina para derribarlo. La vecindad organizada en Lantxabe propuso mantener su recuerdo y alegoría organizando en su lugar una plaza de manzanos y un museo arqueológico” Explican.
Manzanos sin reponer
Se plantaron ‘sagardos’, pero algunos se dejaron morir “y llevamos más de dos años pidiendo que se repongan” denuncian desde la asociación. “Reclamamos a la representación política que sale de las urnas esté muy cerca de lo que piensan, sienten y aportan los ciudadanos, porque ellos están pegados a la realidad de la vida diaria. Muchos de estos ciudadanos se organizan y dan una opinión colegiada, otros lo hacen a título individual, pero ambas tienen el valor de reflejar las necesidades concretas de cada calle y de cada barrio”, añaden.
“En Aiete, como en los demás barrios, hay personas que se preocupan por las necesidades colectivas y se “hacen cargo” de que se resuelvan en la buena dirección, que es aquella que dicta el sentido de ciudadanía”. Recuerdan.
“Los vecinos de Aiete -y de cualquier otro barrio- reclaman el derecho a los espacios públicos, a plazas, zonas deportivas y de paseo, lugares propios para los niños, las personas mayores y los jóvenes. En los llamados ‘presupuestos participativos’, la gente de San Sebastián votó a favor de cubrir el Jolastoki de Aiete, asumió que de esa manera la vecindad tendrá el único espacio público cubierto del barrio. Allí esta la ACD de Aiete y el Bolatoki. Está acabando el año, el presupuesto está en ‘fase de licitación’, y todavía no sabemos cuáles son los requerimientos del proyecto, cuando la idea fue una propuesta de Lantxabe”, recuerdan al gobierno municipal
En estos ‘presupuestos participativos’, se aprobótambiénque el ayuntamiento elabore de ‘un proyecto de extensión del bidegorri desde el centro de salud hasta la cumbre’, que la delegación de movilidad consideraba innecesaria. “En la actualidad está en fase de ejecución y todavía estamos esperando que dicha ‘delegación’ nos pueda informar cómo ha interpretado nuestra propuesta que consiste en mejorar la seguridad vial, calmado de tráfico y conexión ciclista de Aiete con la ciudad llana, ampliando el proyecto de bidegorri ya existente a todo el paseo de Aiete. El proyecto deberá incluir ensanchamiento y continuidad de las aceras en los dos lados del paseo y cómo incorporar a ellas las de la cuesta de Aldapeta, semaforización, ‘zona 30’ en todo el paseo de Aiete y estación de alquiler de bicicletas”, añaden.
Los bidegorris de Aiete tienen como objetivo que la ciudadanía aietearra tenga fácil el acceso a la ciudad llana y que las vecinas y vecinos de Aiete puedan bajar fácilmente al centro de Donostia y, los que tengan posibilidades, lo hagan en bicicleta. Por esa razón bidegorri y funicular de Aiete, forman parte del mismo proyecto, pero la delegación de movilidad se lava las manos -una vez más se tendrá que recurrir a la movilización ciudadana- en la construcción del bidegorri que una los dos ascensores en funcionamiento: el funicular que recorre la ladera y el vertical, y pretende obligar a la ‘convivencia’ entre peatones y bicis en la acera del paseo de Pio Baroja.
La defensa medioambiental pasa por el uso de la bicicleta y del trasporte público en detrimento del privado. Junto a bidegorris y ascensores, se propone que la compañía municipal Dbus, disponga de un autobús, puede ser un microbús, que recorra el barrio -Errondo, Hiru Damatxo, Pagola, Etxadi, Bera Bera, Otxanda, calle Palacio, Paseo de Aiete- ahora que se va a inaugurar el Centro de Salud en su centro
La idea básica que sostiene el modelo asociativo que se propugna es que la ciudadanía sea protagonista de sus derechos y de “hacerse cargo” del espacio público sin delegar en los partidos políticos sino asumiendo la responsabilidad Política en su propio ámbito.
Se pretende conocer y respetar los derechos de la sociedad civil y conocer los cauces de participación plena como ciudadanos; usar esos mecanismos a los que tengamos derecho sin incurrir en victimismo; formarnos y formar a otros para tener una conciencia ciudadana de progreso
Algo falla cuando la opinión general de la gente del barrio es tan escéptica respecto al ejercicio de responsabilidad en sus tareas del gobierno municipal.
Nuestra misión es colaborar en el ámbito público. Conocer sus mecanismos, sus tiempos y procedimientos. Tejemos redes sociales entre diferentes colectivos y generaciones, entre diversos intereses, compartimos vivencias y experiencias cotidianas en el tejido asociativo del barrio, dando más voz a mujeres y jóvenes. Nuestra acción y responsabilidad potencia una ciudadanía amante de la democracia, la tolerancia y el respeto que la urdimbre municipal no siempre tiene en cuenta
Cuando se nos priva de asistencia sanitaria universal se nos dice que eso supone una libertad de elegir quién nos proporciona ese servicio; cuando ya no podemos confiar en tener un empleo a largo plazo y nos vemos obligados a buscar un trabajo precario cada dos o tres años, se nos dice que se nos brinda la oportunidad de reinventarnos y descubrir nuevos potenciales creativos; cuando tenemos que pagar por la educación de nuestros hijos, se nos dice que nos hemos convertido en «emprendedores del yo.
Eso es el neoliberalismo