Pedro Lazkano, una sensible pérdida para Aiete

Pedro era el presidente de la Federación de Bolos y Toca de Gipuzkoa, el factótum de plena confianza de toda la gente que le rodeaba, la Federación, Lantxabe, la ACD, de todo el mundo; un gran campeón de bolos y la persona que desempeña todas las funciones del cuidado del bolatoki. Pedro mimaba la cancha del Jolastoki durante todo el año, su meta que los bolos deslicen correctamente por la pista de juego.

Una persona entrañable, trabajador, colaborador con todas las tareas a las que podíamoe citarle, era un positivo cooperante en las labores de prensado de la manzana en el caserío Katxola, sonriente, optimista, dinamizador,

Tras los actos festivos en el Jolastoki, Pedro volvía para adecentar la pista del bolatoki. ‘He encontrado algunas colillas y algunos restos, pocos, de envoltorios de fiestas de los chavales, normal, no me preocupan, la cancha estaba bien,’

A Pedro todo le parecía provechoso.

Apostaba con nosotros porque en el bolatoki de Aiete pudieran celebrase los campeonatos de San Sebastián y provinciales. El decía teníamos tres canchas en la ciudad Añorga, Alza y Ategorrieta, ahora tenemos además ala la de Aiete

Pedro de retirada tras dejar la pista del bolatoki como los chorros del oro

Pedro estaba casado con Loli Loinaz Dendategui (Miramon Zahar, 1953). Un enorme abrazo para Loli y su hija y sus tres hijos. En el barrio conocemos mejor a Xabier y a Josu. Mucho cariño para todos; ellos sentirán más que nadie la ausencia del aita.

Y también nuestras condolencias a las amigas y amigos de los bolos de Donostia, de Gipuzkoa, de cada pueblo que han conocido la bonhomía de Pedro

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En la parte dedicada a “estampas de aiete”, del libro “Aiete: caserios, casas y familias” de Pedro Berriochoa, que podemos “bajar” en esta web, encontramos “La casa solar de Miramon” en la página 205

Y dice “Miramón es una antigua casa de San Sebastián, y, quizás, la más antigua y con mayor pedigree del barrio de Aiete-Miramón. Su sabor gascón nos hace adentrarnos en épocas medievales. Parece que etimológicamente viene de “mirar” (tanto en gascón como en castellano) y de “mons” (montaña en latín); signicaría algo así como “altura desde la que se divisa la lontananza”.

La vieja casa era Miramón Zahar, un caserío que en 1883 estaba dividido en dos viviendas y que era propiedad de Veremundo Aldaz, que falleció en 1894. Posteriormente, fue convertido en un caserío de tres viviendas. Fue también sidrería. Era una casa con un portón de sillería bien labrado, coronado con el monograma IHS. En su solar hoy se alza la sede de EITB, pero todavía un manzanal detrás de las Juntas Generales delata su pasado”.

Conta a Pedro Berriotxoa, Loli Loinaz, que ese manzanal era de la familia Lazcano, también llamada “Amasa”. Ella y su marido, Pedro Lazcano Arrieta (Otxoki, Altza, 1948) le explicaron que…

Era Miramon Zahar un caserío grande, de tres viviendas. Su fachada principal coincidía con la actual de la EITB, pero hacia el oeste tenía otra ala. Así que formaba una especie de L. A la izquierda vivía la familia Borda, en medio y en el canto de la L ellos, la familia Loinaz, y detrás los Lazcano”.

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Por las venas de Pedro Lazkano, en su recuerdo infantil, encontraremos un Bolatoki. El nació y se crió cerca del de Otxoki. Allí había un viejo bolatoki que se renovó en el año 1931. El nuevo «Bolatoki«, tenía 27 metros de largo, con un bordillo de veintiún centímetros, de altura, el suelo era de carbón quemado. Todos los años se celebraba, un campeonato de bolos, con fecha 1 de Mayo, desde el año 1932. El año 1936, hubo una apuesta que atrajo concurrencia, entre el famoso bolari Don Mariano Lerchundi, que a la vez tenía una sidrería en la Calle Secundino Esnaola n° 12 y el contrincante era Iraola, que era el encargado del matadero, la apuesta la ganó Lerchundi y decían que no falto carne para la cena. Los bolos, estaban hecho de árbol de manzano, confeccionados por Casares y Salaberría de Herrera. Las brillas, eran de tejo (aguiña) traídas del caserío Astabiscar, al lado de la Cuevas de Landarbaso. Hubo que cortar con trenzadoras de sierra, puesto que las hachas de aquel tiempo les saltaban cachos, el tejo es el árbol más duro.

Pedro era una persona como el tejo, como el manzano, era una persona imprescindible, en el sentido de preciso, indispensable, vital, irremplazable; “beharrezkoa eta ezinbestekoa” si lo decimos en euskera; “essential” si lo decimos en inglés.

Nos acordaremos de Pedro siempre, siempre, siempre

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