Existen tiendas de barrio que, en medio de la pandemia, abren todos los días y nos surten de medios y alimentación básicos para nuestra resistencia. Ellos ‘salen de casa’ para que nosotros ‘nos quedemos’. Invitamos a hacer uso de estos establecimientos
La campaña #apoyoalpequeñocomercio es importante para mantener vivo el barrio y ayudar a que el vecino pueda seguir viviendo de su trabajo.
Muchos de estos comercios, la mayoría, cuando llegan las fiestas de Aiete, se suman con una pequeña ayuda. Unos abren estos días y otros no lo hacen porque se consideran ´no esenciales’. Pero en estos momentos es oportuno que se conozca esta lista completa.
En la zona de Etxadi tenemos una gran y diversa actividad comercial. Estos días están abiertos: Ana Urbistondo de la Farmacia de Etxadi; la panadería Maitane Okindegia, de Javi González; Jon Ferrero Argaiz, de la Frutería Etxadi; Ane Inchausti de la Librería Ane. Y, de momento, han de permacer cerrados: el fisioterapeuta Igor Rodriguez; Amaia Azkarate, de la peluquería que lleva su nombre; la popular cafetería Kikara; la peluquería Ainhoa de Etxadi; Amaia Aranburu de URA; Mari Luz, Soraya y Txaro de la peluquería Ziratsa; Aitor y Asier de Obras y Reformas; José Saez el veterinario-albeitar; Karoa eta Artzai del Bar Borroto; Marsela y Jon del Bar Etxadi; Begoña Ortega y María Eugenia de la Clínica dental Perez-Mosso; Merche Díez de la Mercería Elfe.
Guk Egina está abierta en la plaza Hiru Damatxo. El Taller de Chloé y Kris Ark, cerrados por el momento. Como el St. Etienne (calle Txapillo) y el Asador Miralles de Gustavo y Leo
Entre la Goiko Galtzara, la plaza Otxanda, la zona de Munto y la Doctor Marañón, encontraremos abierto: Mamelena Okindegia de Nieves Rodriguez; Artesanas Munto deIñaki Montiel; la Farmacia Munto de Garbiñe Olano y Solbes. Mientras seguirán cerradas por la pandemia: Ismael Elejaga de Aiete dental; Guembe, antenista de la calle Palacio, y los bares de la plaza Otxanda “La taberna del Cuelebre» de Txomin y Bar Munto Berri de Iñaki García. Cerrado también el restaurante caserío Mamistegi de Iñigo Indurain
Cada una de estas personas son muy queridas en el barrio por su simpatía. Apoyan también a las fiestas del barrio entidades comerciales y servicios de toda la ciudad, incluso de pueblos de alrededor como es el caso de Hernani. Tienen abiertos sus establecimientos de cárnicas, Juan Ignacio, en la plaza Easo; Jose Mari Ansa de la carnicería del paseo de Errondo, y Ramoni y Miguel de la carnicería Urrestarazu de la Brecha
Y no se nos olvide citar como colaboradores, aunque ahora permanezcan cerrados: Jaime Santos de Axpiaqua; la Calderería Errotek; Mikel Peña de Goxo-Lanak; Hana Pereira directora del “Hana’s School Inglés”; Marcos de ICE Profesional; Bernardo Anza de Mugan (Asesores Deportivos); Tamer Taberna, y el Club Deportivo Vasconia.
Os olvidáis de «Daniel» el ciudadano chino que actualmente regenta Alimentación Aiete en el Paseo de Aiete 15, junto a La Cumbre y Duque de Baena. Daniel abre también los domingos
Comienza la vuelta a la rutina con permiso del PNV de Urkullu. Y tenemos que transformar nuestra rutina. Llega la hora de la restauración. Tenemos que poner en marcha nuestra familia, nuestro hogar. Poner en marcha nuestro barrio. Que vuelva la vida. Y es esencial para que vuelva la vida al barrio, volver a vernos, a hablarnos, a abrazarnos todavía no, pero a hacer vida social (¿se aconseja hacer la hoguera de San Juan?). Estamos a punto de estrenar ambulatorio, bidegorri…; los parque de Aiete, de Puio, el Bosque de Miramón están relucientes, nuestros pocos bares, nuestros comercios, incluido el de Daniel. Y ahí hay algo importante para la vuelta a la vida. Si tenemos un comercio vivo, tenemos un barrio vivo. Si gastamos en nuestro barrio, invertimos en la vida de nuestro barrio. Además de aplicar la filosofía del kilómetro cero. Hacemos nuestra compra sin quemar nada de combustible, que mucho se ha limpiado la atmósfera con este confinamiento. A los pequeños comercios tenemos que cuidar
Vivo en una ciudad que limpian cada mañana. El aire en el centro es puro y las aceras están pobladas de árboles. El transporte urbano es fluido y, en coche, más de 3 minutos de espera se considera atasco. Mi ciudad es cómoda y amable. No se parece en nada a las inmensas urbes donde nació el comercio online.
Aquí, todo está a mano. Puedes dar un paseo mientras descubres pequeñas tiendas. Oler, ver, probar, tocar lo que compras y, también, conocer a quién le compras. Los comercios de mi ciudad no son de un fondo de inversión. Los dueños atienden por su nombre de pila, envuelven en papel de regalo y su sonrisa es más bonita que la que está impresa en los paquetes de Amazon. Es cierto que, en los últimos años, muchas tiendas se han reemplazado por cadenas. Una razón más para apoyar a las que resisten.
Leo que, hoy, un consumidor puede elegir en internet entre más de 1.000 millones de productos. Vale, pero estas navidades yo sólo necesito comprar una docena. Saldré de tiendas, que da más ideas que cien algoritmos, y cuando encuentre algo haré una foto y la añadiré a mi lista.
Creo que 2021 será mejor que este año, no parece difícil, pero muchos comercios familiares se juegan la supervivencia en las próximas semanas. Hace años que no pido nada en especial para Navidad pero este año haré una excepción. Sólo quiero regalos de pequeños comercios.
Los escaparates alumbran mi calle mucho más que una pantalla. Que no se apaguen.