Diario Vasco. Domingo, 17 mayo 2020
Cuando se desató la crisis del coronavirus en China, Lola Arrieta fue corriendo al mapa a calcular cuantos kilómetros separaban Wuhan de Samarcanda, en Uzbekistán. Había varios miles de kilómetros y respiró tranquila. La ciudad de la ruta de la seda era el destino elegido este año para el viaje que cada curso realizan los asistentes al ciclo de Literatura y Cine, que lleva 14 años de andadura organizado por la asociación de vecinos Lantxabe de Aiete. La ciudad uzbeka había llegado a la mente de Lola Arrieta por carambola.
Este año habían dedicado el ciclo a la antigua Persia y el destino lógico del viaje era Irán. Pero la realidad se impone y la tensión entre el país de los ayatolás y el gobierno de Trump y los tristes acontecimientos derivados de ella impidieron cualquier acercamiento viajero. El coronavirus se encargó de cancelar el camino a Samarcanda.
«Yo diría que los proyectos han quedado pospuestos», explica Lola Arrieta. «Algún día volveremos a hacerlo. Igual hay que ordenar un poco más las cosas. Hemos trabajado siempre con entrada libre. Habrá que pensar cuánta gente y cómo nos podemos reunir. Pero sí tengo clara una cosa. Todo este proyecto está basado en el encuentro de unos con otros. Si el confinamiento se prolongara el proyecto no tendría sentido. No me veo celebrando los encuentros por internet o videoconferencia. Lo que nos ha pasado es terrible porque se nos ha mutilado un elemento primario, el estar con los demás».
Lecturas sobre Irán
Lola Arrieta, licenciada en Filosofía por los EUTG, que formó parte como concejala del PC de la primera gestora democrática en el Ayuntamiento de San Sebastián y que ya está jubilada de su trabajo de profesora, desea volver a las tertulias de Aiete en otoño. Eso sí, no sabe cuál será el tema del regreso. «En estos meses de confinamiento he seguido leyendo cosas sobre Irán. Después de ‘El búho ciego’, he leído ‘Samarcanda’, de Amin Maalouf y me ha interesado mucho la figura de Ciro el Grande, rey de Persia. He descubierto la biografía que sobre él escribió Harold Lamb, que recomiendo».
Si la última tertulia fue el pasado 12 de marzo, al día siguiente ya no se pudo proyectar ‘Persépolis’, de Marjane Satrapi, película que iba a ser presentada por Josemi Beltrán, responsable del área de Cine de Donostia Kultura. Se suspendieron también las conferencias ‘Historia de la Persia Antigua’, a cargo Antonio Dupla Ansuategui, profesor de Estudios Clásicos y ‘El arte en la Persia Antigua’, por María José Pacho Fernández, profesora de Historia del Arte, ambos de la UPV/EHU.
También se aplazaron las tertulias literarias en torno al tema y las proyecciones ‘Donde está la casa de mi amigo’, de Abbas Kiarostami, que iba a presentar Maribel San Sebastián, pedagoga y psicóloga y ‘Nader y Simin, una separación’, de Asghar Farhadi.
Las tertulias empezaron en octubre del 2006. Arrancaron en el Topaleku, que entonces era conocido como Hogar del Jubilado de Aiete. Reunía mejores condiciones para la proyección de películas que Katxola, caserío en el que entonces se celebraban cantidad de actividades, porque era el único centro cultural del barrio, que estaba y sigue estando bajo la tutela de Lantxabe. Desde entonces el ciclo mantiene el mismo formato. La película comparte tema con la novela. En una primera época la película era la novela llevada al cine. «Pero no siempre se mantenía la misma calidad del libro, por eso lo dejamos», dice Arrieta. Las películas cuentan con un presentador. Se eligen de acuerdo con la temática, y no uno fijo como fue en la primera época, durante varios años.
Son tres ciclos por año, con tres asuntos en torno a un mismo tema: por ejemplo novelistas vascos en lengua castellana: Unamuno, Aldekoa, Baroja. Los ciclos se celebran en otoño, invierno y primavera, este último asociado al viaje de fin de curso. El primer viaje largo fue el de la Vía Francigena. Fueron doce días por Italia en 2009: aquella primavera se centró en novelas y películas italianas.
Después llegó el viaje a la Campaña y la Borgoña (2010); Nápoles y Pompeya (2011); el Sur de Inglaterra (2012); el eje Milan-Strasburgo, el centro de Europa (2013); la península Balcánica (2014) o Baviera y el Sur de Alemania (2015). En el año 2016, los viajeros de Lantxabe disfrutaron de las ciudades que jalonan el golfo de Finlandia, entre otras, Vilnius (capital de Lituania), Riga (capital de Letonia), Tallin (capital de Estonia), Helsinki en Finlandia y San Petersburgo en Rusia.
En 2017 visitaron los paisajes y conocieron el urbanismo y riqueza artística y cultural del noreste de Italia. En el 2018, las ciudades de la Antigua Grecia y Atenas. «Fue un viaje singular, de amplio contenido cultural», relata la organizadora. Conocer los museos arqueológicos de la región era uno de los objetivos. Y visitaron los de Delfos, Olympia, Micenas, Epidauro, Nemea entre otros, antes de llegar a Atenas. En la capital griega dedicaron tiempo a descubrir las obras del Museo de la Acrópolis y del Museo Arqueológico Nacional. Y en la primera etapa visitaron los monasterios de Meteora.
En el teatro de Epidauro –cinco veces más grande que el anfiteatro de Miramon– los viajeros cantaron el ‘Boga Boga’, tal y como el año anterior hicieron con el ‘Brindis’ de la Traviata en la puerta de la Fenice (Venecia). También recorrieron 200 metros en las pistas de Olympia.
En 2019 la gente de Lantxabe descubrió una Turquía amable. Comenzaron así los viajes de unión entre Oriente y Occidente. El viaje cultural a Turquía fue muy enriquecedor. «Bañada por los mares Mediterráneo, Egeo, mar de Mármara y mar Negro, Turquía siempre ha sido una tierra rica y eje cultural», relata la organizadora. «Desde antes de la guerra de Troya, diferentes civilizaciones han luchado por el control de Anatolia. Su litoral da vida a una red de ricas colonias griegas y romanas, cuna de renombrados matemáticos y filósofos».
La ruta de Lantxabe por Turquía recorrió la Capadocia, la costa Licia –mediterránea– y la del Mar Egeo, para terminar en Estambul. Fue una travesía por el mundo grecorromano –que tan profunda y bella huella dejó en la región– y por su pasado bizantino y otomano posterior.
El viaje empezó el 3 de mayo y finalizó el día 16. Se recorrieron más de 2.000 kilómetros y se visitaron casi 30 yacimientos arqueológicos. Fue un viaje diseñado por Lola Arrieta con la colaboración de la agencia de El Corte Inglés, un viaje ‘de autor’ por una ruta exclusiva y con el ‘savoir-faire’ de los 10 viajes anteriores por Europa.
«Hay muy buen ambiente en los viajes», afirma Lola Arrieta. «La gente que viene es fantástica. Aguanta lo que haga falta. Madrugamos y llevamos un programa muy apretado, rico y exigente. La gente tiene muchas ganas de cumplirlo. No somos jóvenes pero aguantamos bien».
La directora del ciclo hace un alegato de defensa de la población mayor. «Nadie nos debería tratar con parternalismo», dice. «Es gente con unas enormes ganas de saber y de conocer. Es algo que hemos podido comprobar en los últimos años».
De ahí su compromiso con el ciclo. «Espero que podamos volver en otoño. Parece que las bibliotecas se abrirán en junio. Es una buena señal».