En el verano del 2015 se colocaron dos paneles de avisos en la zona de Munto y de Etxadi.
Desde entonces, Lantxabe, y especialmente Juan Carlos, ha mantenido al día la información, en los dos tableros, sobre convocatorias, avisos, actividades de Lantxabe, de la Casa de Cultura y de otras entidades del barrio. Se colgaban también en dicho tablón testimonios diversos, citas de reuniones, llamamientos, avisos.
El material de obra de los paneles no es muy bueno porque desde el principio ha dado problemas de cierre, de seguridad, etc, pero ahora la cosa ha ido a más, una de las ventanas de cada uno de los dos paneles, se ha desprendido y, el de Etxadi, representa un peligro, porque es zona de juego y de paso de niños.
Lantxabe ha solicitado su reparación. La respuesta de participación ciudadana es que se carece de presupuesto.
Esta va a ser, está siendo ya, el nuevo mantra del gobierno municipal: la repetición constante y monótona de que con el Covid 19, el gobierno municipal se ha quedado sin recursos, ‘no hay dinero’
A veces, quienes dirigen una Institución se piensan que la ciudadanía es tonta. Es, como poco, provocador, la distribución de gastos y de recortes que se hacen desde el gobierno; no hay recursos para el pago de pequeñas partidas que tienen que ver con la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía y sin embargo se sigue adelante con proyectos como el de Cristina Iglesias en la isla. La artista anunció que donaría su obra a la capital y la alcaldía destinó 1,4 millones de presupuesto para su instalación. “El Ayuntamiento se va a volcar en que esto sea realidad, cueste lo que cueste” afirmó el alcalde.
El presupuesto de la obra de rehabilitación y acondicionamiento de la casa del faro se fijó en 273.000 euros, la cifra publicada en la adjudicación de la obra a Moyua es de 558.021,67. La empresa de Eibar Alfa Arte se encarga de la construcción de la escultura a un precio aproximado de un millón de euros. La empresa tolosarra Fammilia Studio diseñará la estrategia de comunicación con un presupuesto de 91.960 euros.
Aparecen otros gastos de 175.000 euros por “labores de gestión, dirección y coordinación de la obra”, que cobra una autodenominada “art office” o “art agency” montada ad hoc para el proyecto, con sede en el paseo de Salamanca y con oficina también en Madrid.