Donostia dispone de una privilegiada e ignorada atalaya en lo más alto de la ciudad, se trata del cerro de Puio de 118 m de altitud; desde allí se avista todo Donosti (pero no viceversa, la casona de Puio ha sido sepultada por una naturaleza feraz que la deja semi-oculta). Puyo proviene del latino podium, lugar elevado, y que genera nombres como el francés puy o los catalanes pujol o puig. Las vistas de la ciudad, especialmente de la desembocadura del Urumea, son impresionantes.
Desde la loma se pueden apreciar los montes Igeldo, Urgull y Ulía, flotando sobre el mar, y la ciudad desparramada en sus barrios. A la izquierda aparece El Antiguo, con Aiete próximo, enfrente, y Morlans y Etxadi más abajo. A la derecha se muestran Amara, el Centro y Gros, y más al fondo Intxaurrondo.
Allí se construyó el fuerte de Puyo en la última guerra carlista.
El Ayuntamiento diseñó en 2004 un parque, el de Puio, que lo forman un conjunto de caminos laberínticos que descienden hacia Puio, Etxadi y Morlans.
La extensión del Parque es de 26.000 metros cuadrados y costó acondicionarlo cerca de 400.000 euros. Existen tres zonas de estancia: la de los juegos infantiles -junto a la residencia de las monjas- y dos miradores, a diferente altura, en la zona que se asoma al mar. El parque que rodea la casa es espléndido: tilos, cedros, magnolios, plátanos imponentes… y, a parte de los cantos de los pájaros, son pocos los ruidos que perturban la paz de sus caminos rodeados de árboles. (En estos días de confinamiento, muchos han sido los vecinos de la zona que han descubierto el Parque)
Sobre el solar requemado de la vieja casona de Puio fue levantada la Casa de Espiritualidad de la Obra Misionera de Jesús y María en 1998. El Gobierno Municipal, presidido por Odon Elorza, cedió el terreno a la Congregación por 75 años. Ahora ellas lo han cercado, asunto este que discuten algunos expertos en propiedad pública urbana
En la actualidad viven en la casa cuatro religiosas. La madre superiora es Maria Etelvina Arias. La obra religiosa se extiende por Colombia, Ecuador, Venezuela…En Logroño está la casa madre. Quizás eso explique que haya sido la empresa Construcciones Roy, de esa localidad, la responsable de la ejecución del proyecto de edificación.
En la casa se celebran “ejercicios espirituales”, se pueden reunir más de una decena de monjas, y también está abierta para organizar el retiro de parejas de matrimonios, familias, etc. Está habilitada con los mismos apoyos de una casa rural: dormitorio, pensión completa. Las propias religiosas hacen las tareas de servicio.
Etelvina es una mujer de una gran cordialidad y una excelente guía para dar a conocer los rincones físicos y espirituales de la villa
En la casa actual, que coincide con el perímetro de la vieja casona, se encuentra enterrado el obispo y nuncio pasaitarra Juan Sebastián Laboa (1923-2002)
Breve recuerdo histórico ya editado en esta web
En la loma de Puio, Ordoqui adquirió alrededor de 20 ha de terreno entre los años 1901 y 1911. Puio y la mayor parte del terreno se los compró a Fernando Ripalda Molís. Y Bero Gutxi, un caserío pequeño en la falda de la loma hacia el Gas, que acabó su existencia por el fuego, a Matías Arteaga Ursularre.
En 1883 el caserío de Puio pertenecía a los herederos del marqués de Portugalete, esto es, a la duquesa viuda de Bailén, pues el duque había muerto en 1882.
Puio era una casa elegante, tenía 250 m2 de planta y unas 11 ha de pertenecidos. Un poco más abajo, hacia Morlans se encontraba la casita del portero, con el garaje y un piso de 72 m2.
Limitaba al norte con el mar: el mar del puerto de Morlans y sus alrededores. Una San Sebastián desconocida.
Otro de sus hitos fabulosos fue la construcción de un funicular particular para acceder a la villa de Puio. La concesión municipal data de 1904, pero parece que se terminó de construir en 1913, un año más tarde que el de Igeldo.
Tras la muerte de la viuda de Ordoqui, su hijo Juan Pedro se quedó con Puio. Era su casa de veraneo, pues la familia vivía en San Bartolomé, 1, y Puio carecía de calefacción. En las reformas hechas en los años 30 se acondicionó la casa para el invierno.
Quizás, fue el punto final del esplendor de la casa. Luego vino la guerra civil y toda la familia se refugió en Argentina. Durante la guerra Puio acogió a la embajada de Italia en España.
Abandonado, Puio fue degradándose. El abuelo Juan Pedro murió en 1955 y sus hijos que vivían en Argentina querían deshacerse de aquella propiedad lejana.
Los hermanos Ochoa son las siguientes personas que se encargan de su cuidado. En los 70 y principios de los 80 organizaban guateques en la sala del piano, ya sin él. Puio se convirtió en el lugar más deseado de San Sebastián. Todas y todos querían ser invitados por los Ochoa y participar en aquellas fiestas.
Los fuegos artificiales vistos desde el tejado son una maravilla.
El viejo caserón Puio fue abandonado, hacia 1987. Luego vino la debacle. Algún casero metió animales y cercó prados y caminos. El ganado pastaba por Merkezabal y Puio. Más tarde, entró en la casa gente relacionada con el mundo de la droga. Al final hubo un incendio y la vieja casona fue consumida por las llamas en los 90.
En el libro de Pedro Berriochoa, AIETE, CASERÍOS, CASAS Y FAMILIAS, pág 100 -que se puede bajar en esta web- Txomin Mendizabal (nacido en Puio Txiki, 1934), nos da cuenta de la existencia de tres unidades de vivienda en los altos de Puyo: Puio, Puio Berri y Puio Txiki (en este vivió su familia)