Volar, según la RAE, es moverse por el aire, sosteniéndose con las alas.
Ahora podemos subir (volar) en ascensor desde Morlans hasta el paseo de Aiete, pero desde hace siglos podemos volar-bajar, elevarnos en el aire y movernos, desde los preciosos jardines del palacio de Aiete, hasta el vetusto barrio de Morlans.
Dicen que la felicidad es el fin de la vida humana y el máximo bien; pues bien contemplar esta extensión de los jardines del palacio por los senderos de bajada a Morlans, con la tranquilidad del alma lograda en el edén de Aiete, proporcionan ese placer y goce sensorial que se persigue