Rijeka, Opatija, Lantxabe, Europa Ligue, Real Sociedad, Jon Bautista

Los viajes asociados al ciclo de Literatura y Cine de Aiete estuvieron en Opatija el 6 de julio de 2014

Desde entonces no ha llovido tanto

El autobús de Lantxabe, a principios de julio de aquel año, recorrió la península de Istria, entrando y saliendo por Rijeka, ciudad que contiene el Stadion Rujevica, y visitando Opatija; Beram (los frescos de la iglesia de Santa María, la danza macabra): Porec (la Basílica Eufrasiana, su Centro Histórico es Patrimonio Histórico de la Humanidad, mosaico del presbitorio): Rovigno (centro histórico, calles y catedral de Santa Eufemia) y Pula (anfiteatro romano la Arena, Templo de Augusto, Arco de los Sergios, la casa de James Joyce, mosaico el castigo de Circe). De allí los viajeros no volvían a casa, porque, seguido, recorrieron la costa de Croacia, con incursiones en Bosnia-Herzegonina (Mostar) y Montenegro (Kotor)

Son desplazamientos bellísimos, oportunidades impagables . Visitaron todo lo que les daba tiempo a ver. Ayer, a la llamada de Rijeka y Opatija, la gente que hizo aquel viaje, brujuleó de nuevo por la costa del Adriático

Desde finales del siglo XIX, Opatija fue el centro de salud e invierno por excelencia del imperio Austro Húngaro hasta la Primera Guerra Mundial, y aún quedan en pie muchos lujosos viejos hoteles como recuerdo del esplendor pasado. Aquí pasaron grandes temporadas el músico Gustav Mahler o Antón Chekhov, entre otros.

A mediados del XIX Iginio Ritter Scarpa promueve la construcción de una carretera que conecta la ciudad portuaria de Rijeka con Opatija. Opatija creció en importancia con el romántico hotel Kvarner, obra del arquitecto Franz Wilhelm. Villas, hoteles, balnearios y parques llenaron en poco tiempo la bahía de Kvarner. Se le llamó, la “Niza austríaca”.

Caminando por la costa del pueblo balneario se encuentra la estatua de una mujer con un pájaro en su mano, que es la de «la Dama con la Gaviota», que se ha convertido en uno de los símbolos más representativos de Opatija.

En el partido de fútbol que ayer jugó la Real, un chaval subió al Olimpo de los dioses, con un gol que trajo a Donostia la alegría a raudales, que buena falta hace. Jon Bautista nació en el 3 de julio de 1995. Acababa de cumplir 19 años cuando sucedió este viaje. Es muy hermoso que sea él quien con su remate en el estadio de Rijeka ocupe hoy los titulares de prensa.

1 comentario en “Rijeka, Opatija, Lantxabe, Europa Ligue, Real Sociedad, Jon Bautista”

  1. No soy tan valiente como para escupir una crítica. Para eso se lo dejo a Mikel Oyarzabal y Alex Remiro. Tras la contundente victoria ante el Huesca prefirieron realizar autocrítica. No les gustó el gol encajado en el primer suspiro de la segunda parte. Suponía el empate y un susto que pudo emborronar el partido. Mikel desveló que no podían estar ‘dormidos’ y Alex advirtió que se podía haber hecho algo más. Ellos lo dicen, me parece genial. Que no se nublen por el triunfo, la goleada y dominio en el campo. Si ha existido una debilidad, descubrámosla para que no se repita

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