La casa está situada en el ala este del palacio.
Estos días sus jardines son un lugar ideal para el paseo. Un persona, vecina del barrio, tras adentrarse unos metros en la zona de la antigua capilla del palacio, reconvertida a mágica Casa de los Cuentos -primeros años 2010- y ahora abandonada, detectó a dos personajes escondidos en su interior. En efecto en la parte de atrás del edificio hay un hueco y una puerta, la pintarrajeada de la foto, afición de ‘grafista’ extendida en alguna cuadrilla del barrio o de visitantes.
Una de estas mañanas unos jóvenes se sorprendieron al ver a una persona pues dijeron que nunca va nadie por allí. Los jóvenes no eran el temido fantasma que habitaba el palacio, antes de ser expulsado por las nuevas actividades que se desarrollan en él, pero un poco de miedo dan, y es lo que sintió la persona a la que pidieron algo de comer, y ésta les atendió, porque los fantasmas son inmateriales y no ‘se echan nada al coleto’ -como escribía un periodista aficionado al alcohol-.
Ya sea que creamos o no en fantasmas, estas historias nos permiten entender que este lugar de Donostia tiene historias asombrosas que contarnos. Sólo tenemos que caminar seguido y escuchar lo que nos cuentan los espacios y el tiempo.
La frustrada Casa de los Cuentos, palabra que la define como un espacio para la imaginación y la magia, está abandonada
Es un pequeño edificio que cuenta con un torreón que lo caracteriza en un lateral. Está a apenas 40 metros del palacio de Aiete y su origen es incierto, aunque se sabe que es anterior a 1913 por un cuadro antiguo en el que la construcción ya aparece.
El inmueble es de planta rectangular formado por una planta baja de 8,30 metros por 6,50 metros construida a base de muros de mampostería y suelo de madera, además de una planta alta formada por pilares y un cerramiento de celosía también de este material. Fue la parte baja del torreón en el que hubo una pequeña capilla, mientras que en el piso superior se encontraban unos depósitos de agua para llenar los estanques que ya han desparecido. La forma del techo es abovedada y la cubierta es de terraza sobre tabla de madera..
En la reconstrucción del edificio, años 2010, además de eliminar la parte que se encontraba en peor estado, se recuperó la imagen limpia de cuerpo principal y torre que tenía el edificio primitivo en el cuadro de 1913. Este volumen que se elimina es de muros de ladrillo y hormigón.
Para hacer una casa de mágicos cuentos se instaló una iluminación con bombillas leds que cambian de color y que configuren un ambiente embrujado. El interior es polivalente, pensado para poder mover la estructura en función de la actividad que ahora no desarrolla. Está hecho con pavimentos duros y antideslizantes y con medidas para la seguridad de los más pequeños.
La planta baja se iba a destinar a cuentacuentos, talleres de creación de relatos, de teatro, marionetas…
Una parte del proyecto no llegó a ejecutarse. Contemplaba el modelado del terreno junto a dos de las fachadas para conseguir alcanzar la cota del suelo de la capilla, además de la generación de dos pequeños jardines ahora inexistentes, y sustituir las barandillas de la terraza superior y la celosía de madera por otra de chapa galvanizada y perforada; con los accesos de puertas acristaladas, sustituidos por puertas de madera hoy garabateadas.
El colmo del despropósito es que la Casa estaba pensada para completar los usos del haurtxoko y a día de hoy el haurtxoko y el gazteleku permanecen cerrados [¿la maldición del herido fantasma? No. No fantasear, es más prosaido, ‘no hay presupuesto’]
Por último, se pretendía que los contenidos de las actividades estén volcados sobre todo en la creación de los propios niños, pero los niños ya no están.
Se pretendía que en este lugar, las criaturas pudieran conocer a personas del mundo cultural, otros lenguajes como el de signos o que se organicen talleres sobre la diferencia entre países, entre edades o, incluso, entre barrios.
Pero la Casa de los Cuentos y los haurtxokos están cerrados, quizás a la espera de que una bruja, con su varita mágica, devuelva la infancia a los jardines del palacio