Las escavadoras nos traen el recuerdo del vecino castillete de Rozanés y de la sidrería Munto
Txanpuene como Munto pasaron guerras, pero no han podido hacer frente a la especulación.
Tras el desalojo del caserío el martes, han comenzado las obras de derribo del caserío Txanpuene de Amara. Ya se ha tumbado el gallinero y la huerta y se están extrayendo objetos del interior del caserío. Se tene que en cualquier momento derriben este caserío con tres siglos de historia, ya lo hicieron con Munto del que se tenían noticias en el siglo XVII.
Las excavadoras están retirando arbustos y ramas de árboles. Un topógrafo realiza mediciones en terrenos cercanos. Venimos diciendo que se pretende construir viviendas de lujo en la parcela del caserío. El baserri ha sido prácticamente desalojado: la mayoría de los muebles están fuera. Alrededor de seis personas trabajan en el desalojo. El personal de seguridad no ha querido dar información sobre la supuesta demolición.
Tres miembros de la asociación Ancora se han acercado al caserío Txanpuene para ver los trabajos de derribo. «Ayer nos dijeron que empezarían a tirar esta mañana. Nos parece lamentable que desaparezca el caserío del siglo XVIII. Es uno de los pocos que quedan por aquí, junto a Katxola«, explica Eneko Oronoz.
2020/12/03
Basado en el trabajo, fotos y video de Mikel Elkoroberezibar/Inaxio Esnaola para HITZA
Son insaciables, el negocio es el negocio.
El caserío Txanpuene está en ruinas, cualquier día se cae sobre la C/ San Roke y mata a alguien. Los ocupantes del caserío no han acometido las labores de mantenimiento del edificio, como era su obligación, y lo mejor que pueden hacer es derribarlo para construir un barrio digno, con una calle ancha, con aceras, farolas y un poco de dignidad. Además, esta gente no ha hecho más que acumular basura y han dejado animales abandonados al dejar el caserío. Está todo en un estado de dejadez lamentable en el mismo centro de Donostia.
Poderoso caballero es don dinero. Ahora bien, en este caso tal vez estén utilizando el patrimonio para otros fines que no son los estrictamente patrimoniales. Mala cosa. Lo que podría ser protegible de por sí parece que se está mezclando con otra guerra particular (ajena al Patrimonio) que puede arrastrar al edificio al derribo. El problema es que en el Ayuntamiento siempre han considerado el patrimonio como un problema para sus desarrollos urbanísticos y no una oportunidad para la ciudad. En suma: políticos mediocres y faltos de sensibilidad.
Este caserío no merecía ser conservado, como sí lo merecían otros. El Ayto sí que ha tenido esa sensibilidad con Munto, Katxola, Tolare, Unanue Zahar y otros muchos edificios. No creo que el ayuntamiento de DOnostia pueda ser criticado, precisamente, por no mantener el Patrimonio.