Erik Jaka y Jokin Altuna representan a una generación de pelotaris guipuzcoanos que ha adquirido un protagonismo máximo en el campo profesional después de décadas de supremacía navarra. No estamos solo ante la segunda final copada en el plazo de un mes tras la del Manomanista que ellos mismos disputaron el 29 de noviembre. La racha viene de atrás.
Catorce de las quince últimas grandes finales de la pelota han tenido como mínimo un protagonista guipuzcoano. La última del Campeonato de Parejas, el día 8 de este mes entre la pareja navarra Ezkurdia-Martija y la navarro-vizcaína Olaizola II-Urrutikoetxea, es la única excepción en ese periodo.
Desde que Beñat Rezusta se coló en la del Parejas de 2016, en el partido que a la larga supuso la despedida de las canchas de Juan Martínez de Irujo, la presencia guipuzcoana no ha parado de crecer. Aquel mismo año Iker Irribarria ganó el Manomanista para convertirse a sus 19 años en el campeón más joven de la historia. Jokin Altuna alcanzó unos meses después con 20 la final del Cuatro y Medio, perdida 22-21 frente a Oinatz Bengoetxea.
Los éxitos continuaron en 2017. Irribarria y Rezusta se proclamaron campeones del Parejas tras demostrar juntos una superioridad incontestable a lo largo del torneo. El zurdo de Arama cayó en la final del Manomanista y Jokin Altuna repitió en el Cuatro y Medio, esta vez con un desenlace igual de incierto que el anterior pero con el último tanto de su lado, ya que batió 22-21 a Urrutikoetxea.
Rezusta, con cambio de delantero, no falló a su cita con la final del Parejas en 2018. Tercera consecutiva. Cayó con Elezkano II ante los navarros Ezkurdia y Zabaleta. Pero a continuación Altuna III tomó el relevo a Iker Irribarria en el Manomanista para adjudicarse el título ante Olaizola II en un partido histórico por la diferencia de edad entre los dos pelotaris. El relevo generacional era un hecho indiscutible. Se le escapó, sin embargo, a Altuna III su tercera final consecutiva dentro de la jaula. Cedió ante Joseba Ezkurdia. Tres guipuzcoanos eran fijos en los principales compromisos del calendario. Se alternaban.
2019 discurrió por derroteros similares. Entonces Irribarria y Rezusta fueron rivales en la final del Parejas. Solo podía vencer uno de ellos. El zurdo de Bergara, de nuevo con Elezkano II a su vera, obtuvo la recompensa a su regularidad tras clasificarse por cuarta vez consecutiva a la cita cumbre del año para los zagueros. Segunda txapela a las vitrinas.
Perdió Irribarria por parejas, pero recuperó el trono manomanista para suceder en el palmarés a Altuna III, a quien derrotó en cuartos de final.
El amezketarra volvió por cuarto año seguido a la final del Cuatro y Medio. Sin embargo, Ezkurdia supuso un obstáculo demasiado grande en el Navarra Arena.
Ese mismo 2019 se produce otro resultado reseñable en el Torneo San Fermín del cuatro y medio, reservado durante muchos años a los navarros y abierto a los de otros territorios desdesde 2016. Jokin Altuna ya había sido subcampeón en 2017 y 2018, pero no no dejó escapar la tercera oportunidad en el Labrit de Pamplona, esta vez frente a Iñaki Artola, otro componente de esta generación de oro de la pelota guipuzcoana.
El presente año, 2020, el ataundarra Jon Ander Albisu se ha quedado a una victoria de la final del Campeonato de Parejas. Pero las competiciones individuales han deparado alegrías indiscutibles. Erik Jaka y Jokin Altuna han copado las finales del Manomanista, ganada por el de Lizartza, y la del Cuatro y Medio, prevista para este domingo.
Rezusta, Irribarria, Altuna III y Jaka han llegado por este orden a una cúspide de la que no tienen intención de bajarse. El mayor de ellos, el zaguero zurdo de Bergara, tiene 27 años y varias temporadas por delante. Nacidos en 1996, el de Arama y el de Amezketa tienen juventud a sus 24 años. El de Lizartza, el último en llegar, está en 26, edad ideal para sacar lo mejor de sí mismo. El alegiarra Artola, ganador del Masters estiva al lado de Rezusta, quiere dar un salto más. Y no hay que descartar nuevas incorporaciones a ese selecto grupo.
Son los bisnietos de Miguel Gallastegi (descanse en paz)
Tomado de Joseba Lezeta
Hoy, 27 de diciembre he ido por el paseo de Miramón en bici. En un tramo he tenido que bajarme porque el camino está hundido en 2 o tres sitios. Si no te das cuenta se convierte en una tramposa muy peligrosa. El Ayuntamiento sigue haciendo como que no ve ni oye. Seguramente los ediles y alcalde incluido no pisan ese paseo desde su inauguración. Una falta de atención tremenda hacia los ciudadanos de Donosti.