La bellísima y funcional pasarela de acero galvanizado que cruza la vaguada de Mando Erreka, en el camino que atraviesa el bosque de Miramón de este a oeste [viniendo desde Illunbe por el robledal de Errotatxo hasta el paraje de las Torres de Arbide] ha debido cerrarse. Parques y Jardines ha detectado algunos desperfectos cuando realizaba sus labores de mantenimiento en la zona.
Como saben los lectores esta pasarela se construyó en 2016. Es la joya de la corona del proyecto de rehabilitación, conocimiento y uso popular, del Bosque de Miramón. El autor de este proyecto es Jon Begiristain Mitxelena, profesor de arquitectura de la escuela técnica y autor de una conferencia sobre la Bauhaus en la casa de cultura de Aiete, dentro de los ciclos de literatura y cine.
Forma parte del proyecto de Lantxabe-Lur Paisajistak, y salva una distancia de unos 64 metros entre lindes, con una altura máxima de 15 metros, que permiten el acceso al Bosque desde Illunbe y Amara.
Los técnicos municipales se comprometen a solucionar el problema con la máxima celeridad
La pasarela es una obra de gran ligereza estructural con pilares cruzados para solventar la complicada orografía de la zona, una solución de ingeniería proyectada en un concurso de ideas promovido en Aiete por Lantxabe, y acordada entre el arquitecto Jon Begiristain e Iñigo Segurola, director de obra de Lur Paisajistak
Pensada no para ocultarse sino para quedar integrada en la naturaleza que la rodea, la pasarela consiste en un tablero con un perfil ligeramente curvado que está soportado por pilares metálicos cruzados y cables tensados. Es una estructura de forma primaria, una obra de arte, que se puede asemejar formalmente a una estructura de palos y cuerdas en las que cada elemento manifiesta claramente su modo de trabajo. La cimentación en los extremos del puente cuenta con zapatas combinadas de hormigón armado, que es donde se habría descubierto el desperfecto que ha obligado a clausurar el paso. La pasarela con un presupuesto inicial de 165.000, costó alrededor de 125.000 euros, por los recortes a última hora del proyecto inicial aprobado de Lur Paisajistak, impuestos por el Parque Tecnológico de Euskadi, que en ese momento dirigía Chemi Corres.
Al presupuesto de 3.500.000 euros, comprometido en el año 2004 entre Parque Tecnológico y Ayuntamiento de la ciudad, para la mejora del medio ambiente natural del Bosque, a cambio de 50.000 metros cuadrados de techo que gestionaría el Parque Tecnológico, se le fueron cargando obras que nada tienen que ver con el medio natural como la pasarela de acero corten que une el Museo de la Ciencia y Policlínica Gipuzkoa y que, con sus más de 210 metros de longitud, requirió de una inversión de 650.000 euros.
También facilitan el paseo por el Bosque, en sus zonas más rústicas, varios pequeños puentes de madera, recuperados con la regeneración del entorno acometida hace poco más de un lustro por el citado proyecto de Lur Paisajistak, fruto del trabajo, las ideas y la cooperación entre los departamentos de Urbanismo y Parque y Jardines, la antigua dirección del Parque Tecnológico y la vecindad, apoyada por Lantxabe. Este proyecto, como se sabe, incluye mejoras de accesibilidad, actuaciones de regeneración vegetativa y apoyo a la biodiversidad y nueva señalética.
Elaboiración propia y sobre un trabajo de Jorge F. Mendiola (Diario Vasco)