Donostia Kirola ha recordado que se trata de un servicio de prescripción, orientación y asesoramiento para la práctica de actividad física dirigido a personas poco activas, con el objetivo de mejorar su salud y su calidad de vida.
A través de este programa, el personal médico o de enfermería de estos centros prescribe a los pacientes la conveniencia de realizar actividad física («receta deportiva») y les derivan hacia el orientador de Donostia Kirola que, además de atender en los polideportivos, realiza también su labor en los propios centros de salud por las mañanas. Posteriormente, se realiza un seguimiento del paciente durante 12 meses para valorar su adherencia a la actividad física prescrita.
Desde el inicio del programa, más de 700 personas han recibido la prescripción médica para realizar actividad física o deportiva, de las cuales el 70% mantienen una práctica deportiva regular. De estas personas, el 66% son mujeres y el 75% mayores de 50 años. Entre las patologías más comunes que presentan están la obesidad (30%), la hipertensión (28%) la diabetes (15%) y la artrosis (12%).
Los resultados de los tests de seguimiento que el orientador realiza a estas personas demuestran los beneficios de este servicio. Así, «si antes de acudir al mismo el 75% de las personas participantes mostraban un MET (unidad de medida del índice metabólico: cantidad de energía que consume un individuo en situación de reposo) inferior a 300, a los seis meses de participar en el programa sólo un 15% mantiene este índice por debajo de esa barrera de 300», han apuntado desde Donostia Kirola.
Además, el test de fragilidad realizado muestra que desciende en un 21% el riesgo de sufrir caídas, que en personas de estas edades son una de las causas que pueden generar lesiones graves.
En el marco de este programa, también se han creado los denominados «grupos de salud», formados por personas con patologías concretas que realizan una actividad física regular y controlada. Donostia Kirola destina anualmente un presupuesto de alrededor de 80.000 euros para financiar este programa.
20M EPNOTICIA0 7.07.2021
excelente idea, desconocida para muchos
Tengo simpatía por los funcionarios interinos y su lucha para conseguir la merecida y excepcional fijeza en su puesto de trabajo. Con gran despliegue de medios el ministro, antes de cambiar de cartera, nos dice que ya ha resuelto el tema y que serán indemnizados si causaran baja por no obtener la plaza. Un decreto-ley que no ha contentado ni a la Administración Vasca, a la que parece hurta competencias, ni a los propios interinos porque no se alinea con la sentencia europea. Parece una tomadura de pelo del catalán bailón.
Yo por mi hija mato. Exclamó Arancha, una gaditana, al aterrizar en Palma dispuesta a rescatar a su niña de aquella lóbrega mazmorra donde la Armengol le tenía recluida, comiendo lentejas y albóndigas, a pesar de haber dado negativo a una PCR. Ni cuarentena, ni leches, gritaba a quien deseara escucharle. Conocedora la jueza de cómo se las gastan en Cádiz y defendiendo el derecho a la libre circulación, mal asesorada y sin consultar, creyendo erróneamente que los no positivos no pueden contagiar, dictó un auto judicial liberando a casi todos los niñatos, expandiendo la infección con generosidad por el solar patrio. La madre coraje pudo fundirse en un abrazo conmovedor con la criatura de sus entrañas, antes de llevársela a casa a hacerle unos tirabuzones. Pero es difícil acertar con todos.
La parejita que, en los momentos de reposo del contacto estrecho, se asomaba al balcón, ella con un top muy arrugado color teja, él con aspecto exánime, y eran fotografiados por los medios, también solicitó el hábeas corpus, pero para evitar ser desalojados de la habitación, deseando cumplir una cuarentena estricta. Conducta ejemplar y solidaria, que no fue estimada. Ella, cordobesa, al barco por PCR negativo y él, al hospital. Que les quiten lo bailao.
En algún momento, parece que nuestro comité técnico científico de palo valoró la intervención de una unidad especializada en rescates con helicóptero, para liberar a los adolescentes vascos y tranquilizar así a sus preocupados padres, trasladándolos hasta un atunero bermeano en alta mar para repatriarlos. Se desestimó el operativo por los riesgos que suponía y los posibles traumas para los jóvenes inmaduros. El caso es que todos los malcriados ya han regresado a sus hogares, para poder seguir contagiando a familiares, amigos y vecinos. A las estadísticas me remito.
Así, las nueve niñas de Getxo injustamente retenidas por los pérfidos sanitarios mallorquines, hicieron el viaje de regreso en avión a costa de sus padres, ¡que se note de dónde somos!, siendo recibidas en Loiu con emotivas muestras de cariño y entusiasmo, gritos y aplausos incluidos, por parte de sus sinsorgos progenitores a quienes les temblaba el lagrimón después de tanto sufrimiento. Acudieron, como no podía ser de otra manera, las cámaras de la televisión pública. A veces pienso que no somos un país tan serio como presumimos serlo.
El resto de los jóvenes liberados, en barco burbuja Freixenet a Valencia y luego, en bus rebujito a Andalucía, Galicia y Madrid. Algunos, aprendices de señorito andaluz, se despedían de Palma amenazando con las acciones judiciales que emprenderán los abogados de sus papás. Ya será menos. Al llegar a Valencia, en plan estrellas del rock, se había incrementado el número de positivos a la prueba PCR que les habían hecho al embarcar. Obviamente, al llegar a destino habría más. Los contactos estrechos sin mascarilla. Como es costumbre, esta juerga la pagamos entre todos. Que no falte de nada. Seguimos sin vacuna frente a la estupidez.
Sin ir tan lejos, la negativa a asumir sus responsabilidades, a veces impopulares, del alcalde de Hernani e impedir aglomeraciones, sitúa a la localidad guipuzcoana en una situación grave. Ahora, lo fácil es culpabilizar a Osakidetza y exigir cribados. Esta táctica se repetirá este verano en ciertas localidades. Lo veremos.
El Ministerio de Sanidad deberá procurar la necesaria reforma para armonizar los derechos ciudadanos con las actuaciones motivadas por razones de salud pública que permitan gestionar las cuarentenas sanitarias con más eficacia para evitar la transmisión de enfermedades. Quizás estas disfunciones tengan algo que ver con el levantamiento prematuro del estado de alarma. Ya se ha asentado entre nosotros la variante delta, conocida popularmente como la india porque es un 64% más trasmisible que la variante alfa (británica), mayoritaria en los últimos meses, según una estimación realizada por la Agencia de Salud Pública Inglesa (Public Health England), con datos de Inglaterra y Escocia.
Después de Reino Unido, Rusia y Portugal, España es el estado con mayor número de positivos a esta variante en el continente. El riesgo de que una persona tenga que ser hospitalizada por covid es el doble, si contrae la variante delta que, con la alfa, en colectivos no vacunados, según The Lancet. La pauta completa de las vacunas Pfizer o AZ, reducen el riesgo de covid sintomática en un 80% y el de hospitalización en un 94%, lo que invita a pensar que, en las próximas semanas, aunque las muchachadas en Mallorca y en Hernani hayan acelerado el proceso, al ritmo que va la vacunación, afectará mucho más a los jóvenes, que, por lo general, precisan de menor hospitalización.
También cambian algunos síntomas. De la alfa que, según el Estudio de Síntomas de Covid ZOE del Reino Unido se caracteriza por dolor de cabeza, de garganta, como si de un resfriado común se tratara y pérdida del olfato (anosmia), pasamos a la delta que también cursa con dolor de cabeza y de garganta, abundante mucosidad nasal, fiebre, dolor de estómago, pérdida del apetito, vómito, náusea, dolor en las articulaciones y pérdida de la audición, pero sin anosmia. También se describen diarreas y microtrombosis.
«La variante india viene a ser la gota que colma el vaso de una situación de excesiva relajación»
El especialista en Microbiología explica el aumento de casos de covid-19, pide prudencia y recalca que «queda mucha pandemia por delante»
Gabriel Reina González, especialista en Microbiología de la Clínica Universidad de Navarra, expone que el aumento de casos de covid-19 de los últimos días se debe a que «se han relajado medidas rápidamente y hemos pasado de tener sumo cuidado en la transmisión, en el uso de la mascarilla, a pensar que ya hemos superado la pandemia, cuando todavía queda mucha por delante». Tras señalar que «una vacunación rápida y eficaz podrá ayudarnos», sostiene que esta «no va a ser la única arma». Por ello, aboga por seguir trabajando la prevención de «nuevos casos, sobre todo en grupos de población transmisores a personas más susceptibles».
Estamos en una semana especial y, aunque este año no toca celebrar sanfermines, ¿qué mensaje le gustaría mandar a la población?
–Sobre todo prudencia, porque creo que la situación que se ha generado en Navarra y en otras comunidades, con un aumento espectacular del número de casos, nos sigue recordando que la pandemia sigue ahí, a pesar de que se hayan relajado medidas. Hay que pedir prudencia y seguir haciendo uso de las medidas de prevención que ya todos conocemos. Ahora se ha relajado sobre todo la medida estrella, que es el uso de la mascarilla, y que quizá es lo que más repercusión ha tenido. Se nos olvida que, en el caso de que la distancia física no se pueda guardar, hay que hacer uso de la mascarilla. Quizá en muchos casos solo se está haciendo caso digamos a la primera parte de la nueva norma, pero hay que recordar que sigue siendo muy recomendable su uso. Luego, en el caso de que haya dudas de si ponerme o no la mascarilla, seguramente es porque te la tienes que poner.
En los últimos días se ha registrado un brutal incremento de casos en Nafarroa, pasando de 68 el día 30 a 507 el 4 de julio, vinculado a eventos súper contagiadores. ¿Qué es un evento súper contagiador?
–Son situaciones que generan un incremento exponencial en el número de casos porque se suman varios factores. En el caso de la variante delta o india, sabemos ya que se transmite más fácilmente que la variante británica, que a su vez se transmitía más fácilmente que la original, con lo cual tenemos ya un virus que se está haciendo predominante en nuestro medio y tenemos una situación que ha facilitado enormemente la transmisión, como es la no obligatoriedad en el uso de la mascarilla y la congregación de mucha gente en espacios reducidos y mal ventilados; ahí se suma todo. Unido también a que está ligado al ocio nocturno, en donde se relajan este tipo de medidas más fácilmente. Todo ello lleva a una situación que se convierte en una mecha de una bomba de relojería que explota si todo eso se junta, produciéndose ese aumento de incidencia tan espectacular que hemos tenido y, sobre todo, en una franja de edad muy concreta, como son los jóvenes, por su mayor interacción y por una baja percepción del riesgo de infección, porque parece que hay menos casos graves en esa población. No obstante, hay que recordar que sigue habiendo ingresos hospitalarios y la mitad de los que ha habido esta semana han sido de personas entre 25 y 43 años; de una franja de edad más joven de lo que veníamos observando al principio de la pandemia. Entonces, son una serie de circunstancias que unidas generan esta situación de contagios masivos.
¿Qué papel está jugando la cepa india en este incremento de casos?
–Está facilitando que la relajación de medidas vaya ligada a un número de casos mucho mayor. Si la relajación de medidas ya suponíamos que podía traducirse en un aumento de incidencia, el hecho de tener una variante que infecta más fácilmente a las personas y que, incluso, podría superar las defensas del organismo en personas vacunadas en cierto modo; todo eso da lugar a esa situación. La variante india viene a ser la gota que colma el vaso de una situación de excesiva relajación. Tenemos que seguir recordando que seguimos en pandemia y, ante eso, hay que trabajar mucho en seguir siendo conscientes de la situación que estamos viviendo, de seguir haciendo uso de mascarilla siempre que se pueda y que se deba, y de aumentar la vacunación todo lo rápido que sea posible para conseguir que, ya no solo el 70% de la población, sino que un porcentaje por encima del 70%, que seguramente sea necesario, tenga una prevención completa. El hecho de que la variante india sea más transmisible quiere decir también que la inmunidad de rebaño quizá no se consiga con un 70% y tenga que ser un porcentaje superior de personas con una protección completa.
¿Con qué características cuenta, aparte de esa elevada transmisibilidad, la cepa india del covid-19?
–Parece que puede tener algo más de patogenicidad, parece que puede dar lugar a más ingresos hospitalarios, pero vamos, que la característica fundamental es que se transmite más fácilmente, que, de hecho, es un evento normal en los virus. Los virus en muchos casos se van adaptando al hombre y esa adaptación normalmente conlleva una mejor transmisión. En la mayoría de los casos un aumento de la capacidad de transmisión suele ir asociado a una disminución de la severidad de los síntomas, es lo más habitual en Virología. Sin embargo, en este caso, según los primeros datos que hay de Reino Unido y de Escocia, parece que hay un poquito más de severidad, pero sobre todo una mayor capacidad de transmisión, que es lo que está dando lugar a ese aumento exponencial del número de casos en un grupo de población con una cobertura de vacunación todavía muy bajita y donde, adem ás, las medidas de prevención no se están llevando a cabo correctamente.
Usted decía que «si la cepa tiene una mayor capacidad de transmisión, la mascarilla adquiere más importancia». Teniendo en cuenta la mayor capacidad de transmisión de la cepa india, ¿nos hemos relajado demasiado en el uso de la mascarilla?
–Yo creo que la mascarilla en exteriores, que ahora mismo se ha hecho no obligatoria, tiene un carácter preventivo muy limitado. Entonces, me parece que era una medida que estaba destinada a que se hiciera no obligatoria, como se ha hecho. Lo que pasa es que, por otro lado, eso quizá hace disminuir mucho la percepción del riesgo de infección y esa percepción del riesgo es lo que nos hace a todos asumir mejor o peor las medidas de prevención. Entonces, el problema de eliminar la obligatoriedad de la mascarilla creo que es que disminuye la percepción del riesgo de la población, porque si esta variante es más transmisible el uso de la mascarilla adquiere mucha mayor importancia, tanto para los vacunados como para los no vacunados. El hecho de estar vacunado y poder sufrir una reinfección también podría eventualmente dar lugar a una nueva variante, por ejemplo, que pudiera escapar al efecto vacunal. Por eso también el vacunado es conveniente que siga llevando la mascarilla en interiores, en zonas mal ventiladas donde se demuestra que la transmisión es más factible.
¿Debemos estar preocupados ante la mayor presencia de la variante india, donde ya representa el 70%-80% del total de casos?
–Creo que hay que estar preocupados por este aumento de incidencia que hemos vivido, que no solo es a costa de la variante india –ojo–, también está incrementando la transmisión por otras variantes, con lo cual nos estamos dando cuenta de que el virus está circulando más y eso sabemos que normalmente precedía a un aumento del número de casos graves, de ingresos y de muertes. Seguramente ahora no vaya a ser así de una forma tan abrupta por las buenas tasas de vacunación que ya tienen los grupos de edad por encima de los 50 años, aunque hay una franja entre 60 y 70 años que todavía no tienen una protección completa en un porcentaje bastante importante, pero bueno, eso posiblemente va a evitar un aumento muy abrupto en el número de casos severos. Creo que hay que estar preocupados porque, independientemente, sí que se van a dar casos de infección en personas que, o bien porque no han respondido adecuadamente a la vacunación o por sus condiciones de base, se pueden complicar y se pueden morir. Entonces, todo lo que sea un aumento de la incidencia de la infección es para estar preocupados y para tomar medidas.
¿La vacunación protege frente a la cepa india y las otras que existen?
–Sí. Ya se ha visto que todas las vacunas que están autorizadas protegen también frente a la variante india, lo que pasa es que sí parece que esta variante, igual que algunas de las anteriores, la brasileña o la sudafricana, podría tener un cierto efecto de exigir una mayor presencia de inmunidad en el organismo. Entonces, ese 95% que podrían tener de eficacia las vacunas de ARN mensajero se veía reducido en algún punto, pero bueno, en todos los casos se ha visto que la capacidad de las vacunas de evitar los cuadros severos y de muerte es muy alto. Eso es lo fundamental y por eso hay que vacunarse, para evitar que haya fallecimientos por el coronavirus.
Más de dos terceras partes del total de contagiados son jóvenes y la gran mayoría de positivos estos días tienen que ver con el brote de Salou, que acumula más de 1.000 contagios. ¿Qué valoración hace de esto? ¿Ve necesario adelantar la vacunación de los jóvenes?
–Creo que el orden de vacunación por grupos etarios es muy acertado y debe continuar así y hay que seguir trabajando en vacunar lo más rápidamente posible al grupo que toca ahora y, posteriormente, a los jóvenes. El objetivo fundamental de vacunar frente a la covid es que la gente no se muera y el grupo entre 15 y 30 años no es un grupo especialmente afectado por enfermedad severa y muerte, aunque algún caso también se da. La vacunación debe seguir funcionando como está planteada.
¿Cómo debemos afrontar entonces la presente temporada de verano?
–Siendo conscientes de que seguimos viviendo en pandemia, de que todavía no podemos volver a la normalidad que teníamos antes de marzo de 2020 y, por tanto, cumpliendo las medidas de prevención.
TODO MUY CLARO POR QUIEN LO ESCRIBE Y DE DONDE VIENE.
HAGÁMOSLE CASO