La Real Sociedad hizo posible ‘Viridiana’; en Aiete se vivió un momento mágico

kutxateka. Elizondo, Olano, Echarri, Gordejuela, Irulegui, Paz, Montes, Ribera, Lasa, Cacho y Araquistain (¡GRANDES!)
Equipo titular de la Real en1961. Ese año el Sanse debutó en Segunda División

Varios futbolistas donostiarras financiaron la película de Buñuel que ganó en 1961 el Festival de Cannes. El film se pudo disfrutar el pasado 9 de octubre en la Casa de Cultura de Aiete, en el ciclo de Literatura y Cine, dedicado Galdós en su centenario.

En la presentación y coloquio Jesús Garmendia fascinó a la concurrencia de casi 70 amigas y amigos del cine-forum

9 de octubre 2020. Casa de Cultura de Aiete (Vista parcial).

La curiosa historia que nos cuenta Jon Rivas en ‘El País’ empieza cuandoElías Querejeta http://www.aiete.net/2014/01/el-compromiso-de-elias/

debuta en la Real Sociedad con 18 años, toda una promesa. Era delantero, estudiaba Química y Derecho, y tenía buen gusto con la pelota. El 9 de octubre de 1955 consiguió el mejor gol de su trayectoria, frente al Real Madrid de Di Stéfano, el que le dio el triunfo a su equipo. Ocupó Querejeta por primera vez la portada de los periódicos. En el minuto 40 recibió el balón de Igoa, burló a Atienza, luego a Marquitos, esperó la salida de Alonso y colocó la pelota al lado contrario del guardameta.

Pero, aparte del fútbol, Elías tenía otras inquietudes. El cine era una de ellas. Jugó seis temporadas en la Real Sociedad y después se dedicó de lleno a su otra vocación.

Mientras fue futbolista, parte de su sueldo se destinaba a que su gran amigo Antón Eceiza http://www.aiete.net/2011/11/en-recuerdo-de-antxon-eceiza/

estudiara en la Escuela de Cine de Madrid, con la condición de que compartiera con él los conocimientos que iba adquiriendo. En 1961, Elías Querejeta había abandonado el fútbol y ya vivía en Madrid, pero no había perdido el contacto con sus compañeros de la Real. Les convenció de que invirtieran su dinero en una productora de nombre gélido: Laponia Films, que habían montado, con 1.000 pesetas cada uno, Eceiza y él. Todos los socios de la productora eran futbolistas. Los consejos de administración de la empresa se realizaban cuando el equipo jugaba en Madrid. El abogado de Laponia leía los nombres en las reuniones: “Reunidos los socios Araquistain, Echarri, Elizondo, Gabiola, Gordejuela, Peporro, Paz, Alquiza [que después fue presidente], Azcarate, Rivera y Gallastegui…”, y le salía una alineación de la Real. También estaba el doctor Echavarren, muy querido médico del club.

En 1961, en una de las últimas reuniones del consejo, Querejeta llevó una propuesta: se iba a filmar una película que iba a financiar el productor mexicano Gustavo Alatriste, marido de la actriz Silvia Pinal, que quería trabajar con Luis Buñuel. Por asuntos económicos se decidió que, finalmente, la producción sería española, y Alatriste se asoció con Ricardo Muñoz, productor de Uninci, empresa a la que se transferirían los fondos. El presupuesto iba a ser de casi nueve millones de pesetas y a Querejeta le ofrecieron poner parte del dinero. Era una oportunidad. Un director del prestigio de Buñuel podía conseguir muy buenas taquillas en España.

Los jugadores de la Real Sociedad aprobaron la propuesta de su amigo. Les costó 1.250.000 pesetas, a partes iguales por todos los socios de Laponia. La película se rodó, no sin dificultades.

Y aquí le tomamos la palabra a Jesús Garmendia en el cine-forum de octubre

Buñuel en “Viridiana” cuenta la historia un viejo hidalgo español que un día recibe la visita de su sobrina Viridiana, novicia en un convento y que tras la muerte de su tío, la protagonista convertiría la mansión familiar en un albergue para pobres. Sobre el papel, parecía una historia religiosa y la censura no vio por tanto ningún inconveniente a la hora de aprobar el guion.

Cena de los mendigos en Viridiana
Fresco “La última cena” de Leonardo da Vinci. Se encuentra en el refectorio del convento dominico de Santa Maria delle Grazie en Milán
La foto es de una copia situada en el exterior porque en el refectorio está prohibido. Fue obtenida el 5 de julio de 2013 en el viaje al centro de Europa de Lantxabe
Buñuel hace una famosa sátira de este cuadro ancestral en su ‘cena de medigos’

Garmendia detallaba que para el grupo de pordioseros el director eligió excelentes secundarios, aunque alguno de los mendigos lo era de verdad, como el inolvidable leproso, al que Buñuel encontró en el Metro, donde dormía entre cartones. El primer guion pasó por el ministerio correspondiente y dos de los censores lo rechazaron. Buñuel se reunió con el director general de Cinematografía, José María Muñoz Fontán. Hizo algunos cambios y se filmó la película. El rodaje transcurrió en el tiempo previsto, tranquilamente, sin que hubiera ningún problema, y Buñuel lo que quiso, claro. El Festival de Cannes invitó a Viridiana al festival. Todavía sin permisos de exhibición, la película salió hacia Francia de contrabando, en una camioneta, con tres toreros y un picador, debajo de los trastos de torear, y allí se terminó de montar al gusto del director.

Nadie la vio hasta su exhibición en Cannes. A los censores les pasaron copias incompletas, sin sonido. Toda la estrategia de los productores quedó supeditada a que la película se tenía que acabar sin que nadie de la Administración la viera, y así fue.

En Cannes estalló la tormenta. La película fue presentada el último día del festival y tuvo una acogida excepcional y “Viridiana” consiguió la Palma de Oro, un premio nunca conseguido por el cine español. Buñuel no estaba presente, así que José Muñoz Fontán vizconde de San Javier, por entonces director de cinematografía, salió a recoger el premio.

Al día siguiente, “L’Osservatore romano”, el periódico del Vaticano, publicó un violento editorial contra la película. Tras la condena de la Iglesia la reacción en España no se hizo esperar. La censura prohibió fulminantemente la película. Al parecer el propio Franco ordenó que quemaran todas las copias, pero se salvó un negativo escondido en el coche de un empleado de Alatriste

Muñoz Fontán, perdió el puesto por el escándalo que supuso la película, que no se estrenó en España hasta 15 años después, tras la muerte del dictador’

Lo que no sabíamos es que, según Jon Rivas, para esas fechas, los jugadores de la Real Sociedad ya habían disuelto Laponia Films, en quiebra por la imposibilidad de exhibir el film y que los futbolistas sólo recuperaron 20.000 pesetas.

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