“De hecho, por toda la nueva India, ese sueño que todos compartíamos, estaban naciendo niños que sólo parcialmente eran hijos de sus padres, los hijos de la medianoche eran también hijos de su tiempo: engendrados, ¿comprendéis?, por la Historia. Puede ocurrir. Especialmente en un país que es por sí mismo una especie de sueño.”
Hijos de la Medianoche, Salman Rushdie
Alguno de los participantes en la tertulia afirmó que ‘Hijos de la Medianoche’ era una de las mejores novelas que había leído en su vida.
Había una gran expectación porque otras lectoras se habían quedado en la mitad de un libro que tiene seiscientas y pico páginas; una novela que aún disfrutando enormemente de alguno de sus pasajes, se les hizo larga. Tras la ilustrada presentación de Lola Arrieta, se hizo palpable, como en otras ocasiones, el cometido de acabar la lectura del relato.
En efecto, entre las enamoradas de la novela está la promotora de estos ciclos de literatura y cine. Para ella estamos ante un escritor que domina la palabra escrita; sus textos son dignos de pararse a releer y embelesarse con ellos y la forma en que construye metáforas –la propia novela lo es-, deja pasmada a las lectoras. A Salman Rushdie se le ama por su escritura, por el elemento fantástico que introduce en su examen de la historia, por el tono juguetón de su seriedad, [ponía Lola como ejemplo cuando lo hace con los nombres del protagonista -video de abajo]
por el coraje inolvidable con el que miró a los ojos al fundamentalismo intransigente y porque convirtió la fantasía en arte con mayúsculas.
Es un libro técnicamente impresionante y con muchas capas por encima y por debajo de la que estemos leyendo en cada momento, pero también sorprendentemente asequible, lo que lo hace más meritorio.
El citado tertuliano comparada ‘Hijos de la Medianoche’ con ‘Cien años de soledad’ y su estilo encuadrado dentro del realismo mágico, puntuando más la obra de Rushdie. Diversas novelas, muchas escritas antes que la de Gabo, en diferentes periodos de la historia, vienen asociadas al modelo fantástico, con la continua presencia de elementos quiméricos.
La presentadora siguió su método didáctico habitual: primero describió la vida y la obra del autor, deteniéndose en la persecución sufrida a raíz de su sus ‘Versos Satánicos’, que tantos disgustos (y algunas muertes) han acarreado sobre su entorno. [La obra ‘Los Versos Satánicos’ es posterior a ‘Hijos de la Medianoche’].
Después, al deconstruir la novela, aclara que aunque la narración sea a priori una autobiografía y por tanto esté escrita en primera persona, se nos anticipan acontecimientos en la voz del narrador indicando futuros éxitos, desastres y todo tipo de clímax, sin que ello conlleve en absoluto desvelar los numerosos hitos del brillante argumento, de igual manera que ecos de sucesos ya ocurridos vuelven a nosotros con frecuencia, con buenas dosis de humor inteligente.
Lola recomendó a los lectores de ‘Hijos de la Medianoche’ que, para no perderse, recorran la novela de la mano de su protagonista ‘Saleem Sinai’; es la forma de leer el texto como dando un paseo por el bosque. [La misma recomendación se puede hacer para otras novelas complejas]
Saleem Sinai, ha nacido en el mismo instante de medianoche en el que la India dejaba de ser una colonia británica para convertirse en un país independiente (agosto de 1947. El autor nace 6 semanas antes).
Rushdie quiere que sigamos a Sinai, pero también tiene mucho interés en que conozcamos este gran país y, aunque el tiempo de vida de Sinai en la novela es un año, en el relato se da un salto hacia atrás, y comenzando desde su abuelo, conoceremos –a lo largo de las tres partes del libro- a toda su familia, un numeroso elenco de personajes peculiares, magistralmente dibujados y rodeados por no menos singulares circunstancias que, en forma de símil o más explícitamente, se repetirán durante toda la narración de forma más o menos sorpresiva, creando una complicada y consistente intrahistoria propia. Por eso hay que estar siempre con ‘Saleem Sinai’
Conocida su familia, la relatora nos lleva al momento del nacimiento de Saleem, desde el que su futuro quedará ligado al futuro de la India, muchas veces mediante la metáfora, otras por su intervención directa convirtiéndose en protagonista involuntario o no, y en otras ocasiones por las dos vías.
Así descubriremos en Hijos de la Medianoche el interés de Rushdie -subrayado por la ponente- en dar a conocer el colonialismo británico y sus terribles efectos en forma de conflictos sociales y económicos y hasta lingüisticos que ‘dejó’ en India y Pakistán. Lo hace relatando algunos de los acontecimientos más importantes de los primeros tres cuartos del siglo XX en la zona, subrayando el fin del colonialismo y el régimen de hierro de una temible Indira Gandhi, hija de Nerhu. El colonialismo británico legó a la región los despiadados conflictos bélicos indio-pakistaníes, el nacimiento de Bangladesh, miseria, y corrupción generalizada en la política y en la burocracia, la sobrepoblación, la pobreza generalizada, el desigual reparto de las tierras
Su denuncia no es una aburrida crónica, sino escenario de fondo de la familia y amigos de Saleem; sus amigos y antagonistas cobran gran importancia en la historia, especialmente en la Conferencia de los Hijos de la Medianoche, en los niños que nacieron en el mismo momento que él y que, cada uno de singular (y especial) manera, comunicándose de ‘modo telepático‘, comparte su destino y el de su país.
Lola quiso recordar que la novela ganó el prestigioso premio Booker en 1981. En el 25º aniversario del mismo, fue elegida como la mejor de entre todas las ganadoras previas, como así lo hizo en el 40º aniversario.
Una nota para terminar. Que hayamos disfrutado de Hijos de la Medianoche sin percatarse de que no se lee en el idioma original sino que viene traducida, es fundamental. Miguel Saenz es un traductor de culto para los seguidores de este club de lectura.