Hace unos meses se cumplían cien años de su nacimiento y la organización decidió dedicar este acto literario a Carmen Laforet y su novela más icónica, ‘Nada’.
Lola Arrieta, como en otras ocasiones, dedicó la primera parte a la vida de Carmen y fue deteniéndose en los hitos de su vida, apoyando sus intervenciones con fotos que proyectaba en la pantalla
Teodora, su madre, intentó inculcar a sus hijos el valor de afrontar siempre las consecuencias de sus actos y el amor a la lectura. Tenían una buena situación económica y social; pero en 1932, cuando Laforet contaba tan solo once años, se declararía la enfermedad de Teodora y al cabo de dos años moriría. Al poco tiempo su padre contraería matrimonio con una mujer que había sido peluquera de Teodora durante su convalecencia. Carmen no se entendía con su madrastra.
El verano de 1939 sería muy especial para Carmen ya que fue el de su primer amor: Ricardo Lezcano. Un verano muy feliz para Laforet que vivió su amor con gran libertad. Lezcano continuaba sus estudios en Barcelona, y Carmen decidió seguirlo, a pesar de su corta edad – aún no había cumplido los dieciocho años -, y pensaba vivir con su familia en la Ciudad Condal, con sus abuelos paternos y tíos, a los que la guerra había arruinado. Para ir a Barcelona tuvo que enfrentarse a su padre y amenazarle con sacar a la luz unas cartas amorosas que había encontrado escritas por éste a Blasa la Chica, su segunda esposa.
Lola enfatizó su viaje en barco a Barcelona fijándose en la imagen proyectada del puerto de aquel entonces que a muchas de las presentes les resultaba familiar pero que hoy es distinto, a consecuencia de las Olimpiadas de 1992
Su vida universitaria le permitió vivir con mayor libertad que en las islas y tuvo la suerte de conocer a Concha Ferrer y Linka Babecka, amistades que la acompañarán durante toda la vida.
La conferenciante detalló la personalidad de Linka Babecka. Había llegado a Barcelona huyendo de la invasión alemana en Polonia -ayudaba a sus compatriotas perseguidos por los nazis- y Laforet encontraría en su familia una sustituta a la que hubiera deseado encontrar en casa de sus abuelos. Su amistad durará para siempre. Cuando la familia de Linka decida trasladarse a Madrid, durante el otoño de 1941, Laforet se sentirá profundamente sola en Barcelona y finalmente decidirá trasladarse a Madrid para estar más cerca de su amiga
En Madrid viviría en casa de su tía Carmen, hermana de su madre, con la que establecería una hermosa relación. Laforet definiría a su tía como una mujer generosa y protectora
Otro hito es su encuentro con Manuel Cerezales. Terminada la novela, el periodista y crítico literario Cerezales la lee, y asombrado por el talento de la joven, anima a la estudiante a presentarla a un nuevo premio que convocaba la editorial Destino. Se trataba de la primera edición del Premio Nadal, que a partir de entonces se convirtió en el certamen más importante de las letras españolas. En 1945, Laforet, con 23 años, lo gana. La novelista, a día de hoy, sigue siendo la galardonada más joven
Carmen Laforet, a pesar de las evidentes coincidencias entre la vida de la autora y el personaje principal de la novela ‘Andrea’, narrada en primera persona, negó su carácter autobiográfico, pero dejando de lado los supuestos parecidos entre sus familiares barceloneses y los personajes de la novela, (en ‘Nada’ Linka Babecka es ‘clavada’ a Ena), sí se encuentra en sus páginas el retrato fiel de una España gris, siniestra, destruida tras la guerra civil.
Lola expone que en esos años tenemos la irrupción de dos novelas en la España negra, ‘Nada’ de Laforet y ‘La familia de Pascual Duarte’ Camilo José Cela.
En 1946 comienza un nuevo periodo en la vida de Carmen al casarse con Manuel Cerezales, período que durará veinticuatro años, hasta su separación en 1970. Se convierte en madre de cinco hijos. Y puede combinar, a duras penas, su trabajo como novelista y su vocación de madre.
La autora solo publica algunos relatos. Ocho años después de su primera novela publica la segunda, en 1952, La isla y los demonios, ambientada en las Islas Canarias.
El encuentro con Lilí Álvarez, también marca un periodo de su vida, se trata de una extenista de éxito con una ferviente fe católica. Laforet se convierte atraída por el magnetismo de su amiga. Y narra la espiritualidad de una mujer adúltera que, tras el arrepentimiento, abraza el catolicismo, en su tercera novela, en 1955, ‘La mujer nueva’.
Esta amistad tan importante e íntima entre las dos amigas continuaría hasta 1958, momento en que, coincidiendo con el último embarazo de Carmen Laforet, Lilí Álvarez romperá todo contacto con ella
El siguiente destino fue Tánger. Allí, lejos de aquel siniestro franquismo, Laforet encontró a Truman Capote y los Bowles. Formaron un círculo en el que la autora se sintió muy a gusto
De su viaje a Tánger procede su trilogía inacabada ‘Tres pasos fuera del tiempo’, de la que solo publica, ‘La insolación’, en 1963.
Lola sigue avanzando en la vida de Laforet y, en 1965, Carmen viaja a Estados Unidos donde conoce a Ramón J. Sender, exiliado, con quien mantendrá una relación epistolar durante diez años, desde 1965 hasta 1975. Sus cartas han sido recopiladas y publicadas en un libro titulado ‘Puedo contar contigo’.
Finalmente decide trasladarse a Roma. Allí dará comienzo una estrecha amistad con el matrimonio Alberti, sobre todo con la esposa de Alberti, la escritora María Teresa León -exiliados los dos-
Después viajó a París junto a su amiga del alma Linka Babecka, —a ella está dedicada Nada—.
A causa de la enfermedad neurodegenerativa que padeció Carmen Laforet irá desapareciendo de la vida pública y social paulatinamente hasta hacerlo completamente. Falleció el 28 de Febrero de 2004.