Están desmontando el servicio de salud en Donostia

S.O.S. del que se hacen eco personas aietearras seguidoras de esta web y piden que se convoque una gran manifestación, comprendiendo que los jefes de servicio del Hospital Donostia se tengan que desmarcar de la promoción de estas movilizaciones.

Los intereses privados que amenazan la salud pública, están detrás de los ceses y dimisiones en Osakidetza. Entre los más favorecidos por esta gobernanza, se encuentran multinacionales del sector privado, como grandes farmacéuticas.

Salud | Los intereses privados que amenazan la salud pública, detrás de los ceses y dimisiones en Osakidetza – El Salto – Hordago (elsaltodiario.com)

La nota recibida en Lantxabe dice así:

  1. Hace poco nos redujeron el horario de nuestro ambulatorio de la calle Prim.
  2. Hace unos días publicaban en la prensa que van a cambiar la ley para que los médicos de Osakidetza puedan ser extracomunitarios porque no hay médicos ni enfermeras para cubrir los puestos vacantes. Ello no es cierto. Nuestras universidades forman médicos y enfermeras pero han de irse al extranjero porque después de una carrera larga y sacrificada les ofrecen sueldos inaceptables. Los extracomunitarios son ‘más baratos’ porque en sus países pagan sueldos todavía más bajos.
  3. Ahora han montado un desaguisado en el Hospital Donostia. Echan a dos directoras por no compartir las ideas de Salud, porque se oponían al traslado al hospital bilbaíno de Cruces del tratamiento del cáncer peritoneal, del cual el Hospital Donostia es el centro de referencia (El Hospital Donostia es el mayor de Euskadi y el que tiene mejores resultados asistenciales). En octubre, la Comisión de Pacientes y Usuarios de Onkologikoa y su comité de empresa se unieron para denunciar la “infrautilización” del centro desde su integración en Osakidetza y la “pérdida de su carácter monográfico y de referencia”. Por otra parte, Iñigo Jaca, exdirector del centro, ¡propiedad de la Kutxa!, consideraba que detrás de la engañosa integración se fraguaba un “desmantelamiento” para “derivar a los pacientes a un centro privado con un costo adicional”. El comité de empresa del centro denunció que “cada vez es más frecuente que pacientes oncológicos se deriven desde el Hospital Universitario de Gipuzkoa a la Policlínica Gipuzkoa”, un centro privado concertado con Osakidetza. Separar el Oncologico del Hospital Donostia, está creando problemas a los enfermos de cáncer guipuzcoanos que ahora son tratados en el Hospital. De hecho los que padecen esta enfermedad están desesperados porque el nivel de asistencia ha ido bajando de manera alarmante. No se sabe cuál es el plan de la consejería.
  4. Esta pérdida de la condición de centro de referencia del Hospital Donostia en el tratamiento de la carcinomatosis peritoneal ha disparado las protestas. Este movimiento ha sido el último en salir a la luz, pero la recentralización y el traslado de servicios a Bizkaia viene de lejos. Un ejemplo es el ocurrido hace ahora 20 años. En el servicio de Neurología se descubrió el primer gen y el más importante causante de la enfermedad del Parkinson. Todo el conocimiento clínico de la enfermedad del Parkinson genética ligada a este gen estaba aquí. En un giro sorprendente, Osakidetza decidió que los estudios genéticos de ese gen en la población se hacían en Bilbao. Todas las familias con las que se estudió el gen estaban en Gipuzkoa. El Hospital Donostia perdió la capacidad de hacer el diagnóstico. La lista continúa: Se trasladó el banco de sangre de Gipuzkoa a Bizkaia cuando el de Gipuzkoa era el mejor gestionado de la comunidad.

En efecto, el futuro de Onkologikoa es una de las razones del malestar médico. Hay decisiones técnicas que no se sostienen.

Más de 40 jefes de servicio de la OSI de Donostialdea acusan a Salud de «dejar el hospital de los guipuzcoanos en estado grave».

Ayer miércoles alrededor de 150 responsables sanitarios protestaron frente al Hospital Universitario Donostia, y se seguirán sumando apoyos de la Atención primaria y también los jefes de sección del Hospital Donostia

La pandemia quitó la careta a Osakidetza. Pero es una cuestión que nos afecta a todos

Es el corolario de un auténtico saqueo de las bases económicas, culturales y sociales de Gipuzkoa

  1. Kutxabank es KutxaBizkaia o mejor BancoCodicia. Desmatelan Onkologikoa, el Museo de La Ciencia, Ekogune y otros pillajes
  2. De los Fondos de Recuperación Europeo o ‘Next Generation EU’ (NGEU, por sus siglas) pensados para relanzar la actividad económica y superar la crisis en la que nos encontramos, Gipuzkoa recibe migajas. Parte de ellos van a la marca Guggenheim que se va a construir en la reserva natural de Urdaibai
  3. El frontón Atano III, en Amara, donde se celebraban las finales de los campeonatos de pelota, lo han abandonado precisamente cuando Gipuzkoa manda en la pelota (la época de Peña II, Altuna III, Artola, Jaka, Rezusta e Irribarria). En el Manomanista de este año, seis de los doce pelotaris participantes eran guipuzcoanos, y desde 2016 cinco de las últimas seis txapelas vinieron al territorio
  4. El TAV va a llegar a Bilbao y a Vitoria en vías y estaciones soterradas, pero en San Sebastián hacen una estación-txatarra mucho más barata.

Ante tanto disparate [arbitrariedad, destrozo, fechoría] que perjudica gravemente a los guipuzcoanos ¿se ha oído alguna protesta de la Diputación o del Ayuntamiento? ¿Dónde están los demás representantes partidarios?

Hagamos la ciudadanía algo constructivo. Convoquemos una macro manifestación en favor de nuestros médicos y sanitarios y de nuestra sanidad que exprese claramente el sentir de la sociedad guipuzcoana, ante esta sinrazón. Solo así nuestro apoyo a la sanidad será efectiva

Una manifestación es lo único que les inquieta (por eso quieren callar a los sanitarios, llevar ‘los acuerdos’ a despachos, para despejarlos de contenido y aislar a nuestros médicos).

Si no nos movemos es nos tenemos merecido la que nos está cayendo

Las ocho denuncias de los médicos

Los denunciantes han puesto sobre sobre la mesa los problemas existentes. Estos son, a su juicio, ocho de ellos.

1

Una crisis que se extiende a la Atención Primaria

La protesta liderada por una treintena de jefes de servicio del Hospital Donostia suma apoyos y ya son 42 -de un total de 47 jefes de servicio del centro sanitario- los firmantes de la carta publicada por este periódico en la que se recoge la denuncia ante la «deriva» de la gestión sanitaria en Osakidetza, según indicó ayer Adolfo López de Munain en representación del grupo. Los denunciantes urgieron a Salud a emprender «reformas antes de que se caiga el edificio» de Osakidetza y extendieron los problemas del sistema sanitaria a la Atención Primaria, con cuyos responsables están ya en contacto para que apoyen sus reivindicaciones. «Nos consta que se están organizando jefes de sección, adjuntos, enfermería y residentes, así como jefes de las unidades de Atención Primaria de la OSI Donostialdea», dijo. «Es una cuestión que nos afecta a todos los sanitarios como profesionales», reflejó el médico. Por eso, los firmantes del documento apuestan por formar «sin dilación» una «mesa de trabajo con los compañeros de Atención Primaria para resolver la amplia y extensa problemática que presenta este sector» y que también ha derivado en movilizaciones a pie de ambulatorios ante el recorte de horarios de atención.

López de Munain avanzó que las concentraciones en el Hospital Donostia se mantendrán los próximos días, pero que no buscan «conflictos y paros» sino «fórmulas» para alcanzar soluciones para la OSI Donostialdea y el servicio vasco de Salud. Pero sí avisó de que continuarán saliendo a la puerta del hospital mientras se mantenga la falta de respuesta del Departamento «para decir a la ciudadanía» que el problema persiste. También informó de que están surgiendo iniciativas para llevar las protestas a la calle «en diferentes puntos de la ciudad», si bien quiso desmarcarse de la promoción de estas movilizaciones.

2

Una larga lista de traslados inexplicables a Bizkaia

Recentralización

La pérdida de la condición de centro de referencia del Hospital Donostia en actividades como el tratamiento de la carcinomatosis peritoneal han disparado las protestas. Este movimiento ha sido el último en salir a la luz, pero la centralización y el traslado de servicios a Bizkaia viene de lejos. «Tenemos una larga lista de traslados sorprendentes e inexplicables», denuncian los jefes de servicio. Un ejemplo «un poco sangrante» es el ocurrido hace ahora 20 años. «En el servicio de Neurología» del López de Munain se descubrió «el primer gen y el más importante causante de la enfermedad del Parkinson», asegura este. «Todo el conocimiento clínico de la enfermedad del Parkinson genética ligada a este gen estaba aquí. En un giro sorprendente, Osakidetza decidió que los estudios genéticos de ese gen en la población se hacían en Bilbao. Todas las familias con las que se estudió el gen estaban en Gipuzkoa. El Hospital Donostia perdió la capacidad de hacer el diagnóstico». La lista continúa: «Se trasladó el banco de sangre de Gipuzkoa a Bizkaia cuando el de Gipuzkoa era el mejor gestionado de la comunidad». Aclaró que no se trasladan servicios al completo, pero «sí actividades que llevan a perder recursos humanos y materiales». Y advirtieron: «El Hospital Donostia tiene memoria».

3

Denuncia de los ceses

Los jefes de servicio que firmaron la carta crítica con Osakidetza denuncian que los ceses de las dos principales responsables de la OSI Donostialdea «han inflamado un territorio que ya estaba en riesgo de incendio. Ha sido el detonante». Advierten de que la crisis venía larvándose desde hace tiempo. «Hay servicios en el Estado que estaban por detrás de nosotros y que nos están pasando por la derecha y por la izquierda». Otra de las reclamaciones de los responsables médicos del Hospital Donostia es que se cubran las plazas vacantes o las bajas de los facultativos. Denuncian la «opacidad» que existe en Osakidetza para la asignación de plazas y señalan que la gestión de los recursos humanos es una de las mejoras imprescindibles en el sistema vasco de salud. Por eso solicitan «la descentralización de la gestión de recursos humanos, que debería regresar a las OSI», como se hacía «hace años», y ven «imprescindible» el perfilado técnico de determinadas plazas, tanto de facultativos como de enfermería en función de «habilidades específicas y de experiencia». Ahora «se hace de manera arbitraria y en detrimento de las necesidades específicas del Hospital Donostia». López de Munain también apuntó que estudiantes de Medicina a los que da clase «aprenden alemán para irse a hacer el MIR a Alemania».

4

Onkologikoa

«Solicitamos que no se trocee la OSI Donositaldea y que se articule sin más dilación la solución lógica, que no puede ser otra que la integración efectiva de Onkologikoa en la OSI Donostialdea». Así de contundentes se mostraron los jefes de servicio sobre el futuro de Onkologikoa. Aseguraron que el Comité de tumores del Hospital Donostia no apoya que Onkologikoa se constituya en una OSI diferenciada, si bien «la comisión escribió una carta a la consejera y no obtuvo respuesta».

Sea como fuere, los médicos lo tienen claro: «Hay decisiones técnicas que no se sostienen. Constituir en una OSI aparte el edificio oncológico es como construir una especie de Condado de Treviño. Es una barbaridad. No es concebible un hospital solo con oncólogos. En algunas de las reuniones en las que se plantearon estas cuestiones, se hablaba de trasladar a los pacientes en ambulancia. Este es un ejemplo de una decisión que no es sostenible», denunció López de Munain.

A fin de cuentas, «el cáncer permea a muchas especialidades, esto es, afecta a todos los sistemas. En un hospital donde hay pacientes oncológicos debe haber neurólogos, cirujanos… Y, sobre todo, hay que plantear con los integrantes del servicio de Oncología fusionado cómo va a ser la atención al cáncer», indicaron.

5

Atención sanitaria

¿Qué va a pasar con la asistencia sanitaria si la crisis se alarga? ¿O si Salud no mueve ficha? «Estamos preocupados no por nosotros y nuestros equipos, sino por lo que va a pasar en el futuro con la asistencia en Gipuzkoa. Esto no es una cuestión de casta o de los jefes de servicio. Nos afecta a todos. Nosotros también somos usuarios y estamos preocupados por lo que va a pasar en el futuro con la asistencia en Gipuzkoa», aseguran los jefes de servicio, de ahí sus protestas. A pesar de esa preocupación real, «en lo asistencial nuestro objetivo fundamental es que la asistencia no se vea afectada».

Precisamente en esa idea hizo hincapié ayer López de Munain: «El compromiso de los técnicos es con la organización, garantizar esa asistencia de calidad. Hay un problema de fondo que es el que queremos trasladar a la ciudadanía, cómo es esa relación entre un gestor político cuando no tiene ningún conocimiento de la gestión sanitaria y se relaciona con los subordinados. La relación de confianza no puede ser de subordinación cuando algunas decisiones son lesivas para los objetivos de una organización cuya labor es garantizar al asistencia» sanitaria. Por ahora aseguran que está garantizada.

6

«Cartas que enviamos no tienen respuesta»

Pese a confiar en un diálogo «sin líneas rojas» con Salud, las cartas sin responder acumuladas en los últimos tiempos crean desconfianza entre los jefes médicos. Aseguran que varias comunicaciones a la dirección central de Osakidetza, así como al Gobierno Vasco, no han recibido ningún tipo de réplica, un silencio similar al que guardó la consejera Gotzone Sagardui los días siguientes a estallar la crisis. «Estamos viendo que cartas que vamos enviando no van recibiendo contestación. Y cuando preguntábamos a la gerencia y a la dirección médica en nuestro Hospital, la respuesta era que ellos no recibían tampoco contestación, con problemas realmente importantes». Entre ellos, «el de pulir plantillas en servicios clave, como Urgencias, que es la puerta de entrada al Hospital. No contestar a tiempo a esos requerimientos que se necesitan para cubrir vacantes, teniendo al personal preparado en su casa, porque alguien no responde desde Vitoria es un poco fuerte».

El jefe de Cirugía General y Digestiva, José María Enríquez-Navascués, ya mostró su preocupación por las cirugías de carcinomatosis peritoneal en una carta enviada a Sagardui en noviembre. No recibió respuesta. Lo mismo les pasó con otras misivas a López de Munain y la jefa de Nefrología, Mariate Rodrigo.

Los jefes de servicio insistieron ayer en que los intentos de trasladar sus mensajes al Departamento han sido en vano y que, precisamente ante esa falta de respuesta, han decidido comunicar sus mensajes a la opinión pública a través de los medios.

7

Formación e investigación

«No podemos incorporar a personal Ikerbasque»

Los jefes de servicio también denunciaron los obstáculos para atraer talento investigador hasta el Hospital Donostia. «Osakidetza en este momento no permite la incorporación de clínicos asistenciales mediante el programa Ikerbasque», denunciaron. Un investigador puede venir «a otro centro» cualquiera, como al Nanogune, «pero no al Hospital Donostia», a pesar de que Ikerbasque podría traer «profesionales de primer nivel». De hecho, tienen «peticiones» de investigadores que «querrían venir a trabajar al Hospital, desarrollar labores de investigación aquí. Es una aportación y un orgullo para el Hospital. Pero este cauce está cerrado», denuncian.

A preguntas de los periodistas, los médicos también opinaron sobre el sistema de OPEs. López de Munain puso un ejemplo elocuente: «Cuando yo me jubile, me sustituirá el primero que esté en la lista». «Se puede ir un cirujano especialista en cirugía colorrectal, pero el que entre puede que no sea especialista en esa cirugía». También pidió «equiparar las valoraciones curriculares de los periodos de dedicación a la gestión o la investigación, así como las estancias formativas en otros centros públicos ajenos a Osakidetza, bien concertados con ella o pertenecientes a otros centros públicos de la Unión Europea». Y no solo eso, solicitan «un sistema Post-MIR específicamente vasco para los egresados del sistema, que sea competitivo y sea un motor de atracción de profesionales a la comunidad».

8

Consecuencias políticas

«Si no existe voluntad de diálogo, este problema le estallará al Gobierno que sostiene» a la consejera de Salud, Gotzone Sagardui. «Se avecinan periodos electorales y creo que es suicida para un Gobierno, sea del color que sea, no atender a estas cuestiones», dijo López de Munain sobre el camino que está tomando la crisis en la OSI Donostialdea tras los ceses de la directora gerente, Itziar Pérez y de la directora médica, Idoia Gurrutxaga, así como las posteriores dimisiones del equipo directivo. Cuando el lunes parecía que iba a aclarar los motivos de las destituciones, apenas se limitó a decir que eran la consecuencia de una «pérdida de confianza por una concatenación de hechos». Pero «esta es una respuesta que no nos aclara, ni a nosotros ni a la ciudadanía, cuáles son las causas de esos ceses con los temas concretos que afectan a la OSI Donostialdea en los que existe dicho desacuerdo», aseguraron ayer los jefes de servicio.

Ahora sí, después de lo ocurrido, insistieron, «sería el momento de aclarar las razones técnicas de traslado o la pérdida de la condición de centro de referencia» del Hospital Donostia en determinadas actividades que «han nacido o se han desarrollado».

A pesar de reiterar su voluntad de diálogo con el Gobierno Vasco y, en concreto, con Salud, los jefes de servicio se mostraron críticos con la directora de Osakidetza, Rosa Pérez: «Las personas que producen incendios no son las mejores para apagarlos. Rosa Pérez no ha estado acertada. Los consejeros pasarán y los servicios de los hospitales se mantendrán. No puedes negarte a estudiar lo que te están planteando para mejorarlos. No nos parece normal que los ceses se hayan hecho de esta forma. Pedimos la restitución al menos del honor de estas personas. Esta medida tiene más de punitiva que de lógica. Nos gustaría saber cuál va a ser el futuro que se les va a dar a las personas que han sido cesadas y a quienes han dimitido».

8 comentarios en “Están desmontando el servicio de salud en Donostia”

  1. Ejemplos similares a este que han detonado nuestro valientes sanitarios los conocemos todos.. Kutxabank, aeropuerto, infraestructuras, Guggenheims, presupuestos… todos lo sabemos y todos lo hemos escuchado alguna vez .. si pudieran «se llevarían La Concha»
    Nos jugamos, no sólo nuestro futuro.. si no el de nuestros hijos, y el de los hijos de los hijos de nuestros hijos… Pero lamentablemente sólo podemos luchar desde la sociedad civil.. y ese handicap convierte la empresa en harto complicada, si no mostramos como sociedad una solidaridad efectiva. Veamos cómo acompañamos a los que están defendiendo nuestra OSI de Donostialdea..porque no es suya.. es de todos nosotros y nos debiera aplicar el cuento lo que está pasando. Muy bien por la iniciativa ciudadana liderada por Idoia Serna…

  2. Estamos en tiempo.. pero ese despertar debe provenir desde la sociedad civil… El primer conato de rebelión ha provenido del sector médico, desde la sociedad civil como era obvio… pues aprovechémoslo. Es momento de apoyar a estos valientes que se rebelan ante la apisonadora vizcaína. Toda la sociedad donostiarra, como núcleo más poblado, y guipuzcoana debiera ser consciente de la importancia de apoyar a nuestros médicos, enfermeras, administrativos sanitarios, celadores, auxiliares … en sus demandas, que son perfectamente extrapolables a todo el resto de temas críticos de nuestra sociedad guipuzcoana.. ya que todas tiene el mismo factor común

  3. Gipuzkoa creó el centro de investigación Biodonostia, logrando que la OSI Donostialdea sea centro de referencia en Euskadi para los tratamientos de peritonectomía. Un caramelo muy goloso que no se podía gestionar aquí. ¡Hay que llevarlo a Cruces (Bizkaia)! Eso debió de pensar la consejera de Salud, Sagardui. Aunque la OSI Donostialdea ha sido la mejor gestionada de Euskadi en 2021 y 2022, decimos que hacía falta un cambio en la dirección y ya está todo solucionado. Nos traemos el trabajo para Cruces y dejamos sin él a Donostia. Que casi 42 jefes de servicio de unos 47 que hay en total se hayan pronunciado le importan un rábano. Y que pronto lo hará el resto porque les ha pillado de vacaciones, le da igual. ¿Tenemos que salir los guipuzcoanos a la calle para decir que con nosotros no se juega?

  4. Sabemos que la crisis de 2008 adelgazó hasta el extremo los sistemas públicos en educación o sanidad. El Covid fue la puntilla para la salud, aunque el sistema respondió razonablemente y fuimos vacunados en tiempo récord: la Sanidad se crece en lo extraordinario. Pero quedan las secuelas de una organización llevada al límite: quien haya pedido hora al médico de familia o esté en lista de espera para un especialista sabe de lo que hablamos.

    Debía ser la prioridad de la agenda política desde hace tiempo, en busca de un gran pacto de futuro, pero queda sepultada cíclicamente por otras polémicas coyunturales. Hasta crisis como la originada la semana pasada, cuando el caso estalló en toda su crudeza.

    En el debate, por un lado a la consejera y a los mandos de Osakidetza con maneras más propias de la vieja burocracia franquista y, por otro, médicos cercanos, porque como doctores nos han tratado o han tratado a gentes próximas, profesionales de prestigio que no tendrían por qué bajar a las barricadas si no fuera porque la situación es grave.

    Desde los círculos más próximos a Lakua, v.g: pelotas como Vizcaino (el apellido no imprime carácter), se quiere caricaturizar esta «revuelta de los sanitarios» como el desaire de la aristocracia de la bata blanca que se resiste a obedecer a los jefes.

    Cuando desde el Gobierno Vasco se habla de «racionalizar servicios» suele ser para centralizarlos en Bilbao. Si uno dice estas cosas le acusan de provinciano y de falta de visión de país.

    La consejera Sagardui era la ‘alcaldesa’ en la sombra de Bilbao hasta llegar a consejera. La sanidad es mucho más seria que un derbi futbolístico. Hubo un día, no tan lejano, que llamabas al ambulatorio con un problema y el médico te veía el mismo día o la mañana siguiente.

  5. Señoras y señores Guipuzcoanos usuarios de la SANIDAD PUBLICA, o nos unimos con urgencia a nuestros medicos y sanitarios, o estos buitres insaciables se la cargan en beneficio de sus bastardos intereses.
    Oirle ayer al Sr. Urkullu justificando los ceses por racionalizar servicios, custiones organizativas, daban ganas de …………..
    Que lo mediten bienm ya que si nuestros impuestos al final solo van a servir para mantener sus sueldazos,comilonas, viajes coches y demas privilegios, nos sentiremos exentos de tributar.

  6. Estoy completamente de acuerdo con Pablo. Todo se lo lleva Bizkaia, ya sea de la administración vasca, nacional o europea. Cuando se solicitan sedes, proyectos y hay euros por medio, Bizkaia es la primera. Tenemos en Gipuzkoa a unos políticos que sirven a sus partidos. Hay mil ejemplos, por ejemplo, la estación de tren sin soterrar en Donostia y las demás sí, pagadas por todos. Está el puerto, el aeropuerto y ahora, hasta la sanidad. Es el colmo. Ya esta bien. Estamos hartos

  7. La situación de Osakidetza y la crisis que tanta polvareda ha levantado en las últimas semanas se ha colado en la final del campeonato de bertsolaris celebrada en el Navarra Arena. Sustrai Colina y Maialen Lujanbio se han puesto en la piel de dos jefes de servicio, con el primero comentando que ambos deberían dimitir de sus cargos ante la situación actual, porque la responsabilidad no siempre es de los demás «erakutsi gaitzespena / ta hau dela antzezpena / ala ZIUra sartuko dute osasuna sistema (enseña tu malestar /)», ha cantado. Y es que, en su opinión «es la única forma de conseguir cita en Osakidetza».

    Por su parte, Lujanbio ha defendido la necesidad de continuar con las protestas, ponerse detrás de la pancarta y conseguir la adhesión de la gente. «Protestatzea ez al da hobe / pankarta baten atzera / ospitalean jartzera / ta ea herria noiz irteten den gu defendatzera (¿No es mejor protestar? / ponerse detrás de una pancarta / ponernos en el Hospital / y a ver cuándo viene la gente a defedernos)», ha respondido. Para la de Hernani, los responsables son quienes han llevado a Osakidetza a la UCI. «Gero eta murritzagoak baldintza ta epe / murrizketak atertzeke / zure nahia nola bete /dimisioa eurek aurkeztu beharko lukete (cada mez más reducidas las condiciones y plazos / quedan más recortes por venir / como cumplir lo que quieres / son ellos los que deberían presentar su dimisión)», ha zanjado.

    En una final en la que los ocho bertsolaris han demostrado sus virtudes, el bertso de Lujanbio y Colina ha cosechado un buen número de aplausos en el Navarra Arena. Han cantado desde el humor, con una fina ironía, y han dejado entre líneas algunas frases con un destinatario directo.

  8. Ahoztar Zelaieta

    Un lobby madrileño que promueve la privatización sanitaria ficha a una decena de directivos de Osakidetza
    Entre los miembros de la agrupación territorial de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), coliderada por una prima de Alberto Núñez Feijóo y que busca la “transformación del sistema sanitario” en líneas empesariales, figura Mariluz Marqués, gerente de la OSI Ezkerraldea-Enkarterri-Cruces y esposa del exconsejero Darpón.
    Con los objetivos concretos de “promover la formación y desarrollo de los equipos directivos en Euskadi” y “liderar el impulso de la profesionalización de los equipos directivos y la Gestión Sanitaria”, la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) creó a finales de julio de 2023 la Agrupación Territorial de Euskadi. La sociedad de directivos reconoce que su estrategia está dirigida a la “influencia en la política sanitaria” y “creación de doctrina de gestión” para la “transformación del sistema sanitario”.

    Para ello, hasta ahora SEDISA ha fichado hasta a diez directivos de Osakidetza. La vicepresidencia en el territorio vasco es Mariluz Marqués, gerente de la OSI Ezkerraldea-Enkarterri-Cruces y casada con el exconsejero de Salud del Gobierno Vasco Jon Darpón, quien dirige el grupo privado sanitario Keralty en compañía de otro exconsejero de Salud, Jon Azua, junto a dos exviceconsejeros del Servicio Vasco de Salud y un exDirector General del Servicio Extremeño de Salud.

    El lobby para la “transformación del sistema sanitario” ha fichado hasta a diez directivos de Osakidetza, además de a Mikel Álvarez, exedil del PNV en Bilbao y hombre fuerte del grupo Mondragon
    El resto de altos cargos lo componen: Maribel Romo (Subdirectora de Calidad y Sistemas de Información en Osakidetza); Jesús Manuel Suárez (Gerente de la OSI Uribe); Vicente Fernández (Director Gerente del Hospital San Juan de Dios de Santurtzi); Itziar Larrea (Directora Gerente del Hospital Santa Marina); Fernando Encinar (Director economico financiero del Hospital Universitario Araba); Alejandra Gil (Directora Médica en el Hospital Universitario de Basurto); Edurne Omaetxebarria (Directora Médica en la OSI Ezkerraldea Enkarterri Cruces); y David Cantero (Director médico en la OSI Barrualde Galdakao).

    Si bien la absoluta mayoría de los fichajes de SEDISA son directivos de Osakidetza, otro de los miembros de la Agrupación Territorial de Euskadi es Mikel Álvarez, exedil del PNV en Bilbao y hombre fuerte del grupo Mondragon en los planes para liderar la “mejora” de Osakidetza prometida por el futuro lehendakari, Imanol Pradales. Álvarez, exgerente de hospitales de Osakidetza como los de Cruces y Basurto, también es miembro del Consejo Asesor de SEDISA.

    SEDISA ha fichado a Víctor Bustamante, primo de la exconsejera de Salud Nekane Murga, para redactar un informe que las plataformas en defensa de la sanidad pública de Euskadi atribuyen a los intereses de la industria farmacéutica y la sanidad privada
    Entre otras conexiones relevantes para entender cómo se está ejerciendo la influencia de este lobby favorable a la privatización sanitaria, destaca Víctor Bustamante, Director Asistencial de Osakidetza. El también primo de la exconsejera de Salud Nekane Murga ha colaborado con SEDISA en la elaboración del informe La asistencia sanitaria que queremos en 2025.

    El propio Bustamante concedió una entrevista para publicitar el informe y que, publicada a dos páginas por el diario El Correo, llevaba un titular con una frase premonitoria sobre los objetivos de este looby: “el sistema sanitario necesita cambios”. En respuesta al informe, miembros de la Coordinadora de Plataformas Ciudadanas en defensa de la Sanidad Pública de Euskadi, señalaron que “quizás la explicación esté en que la asociación SEDISA, a la que representa, sea una fundación con mucha participación de gestores de la sanidad privada y la industria farmacéutica”

    “En todo su discurso flota esa idea tan en boga hoy en día de la colaboración público-privada como paradigma de eficacia y modernidad”, apuntaba también la organización. Tanto es así que entre los socios protectores y entidades colaboradoras de SEDISA se encuentran Abbott, Johnson & Johnson, Pfizer, AstraZeneca, Janssen, Roche, Novartis y Medtronic, por citar las marcas más polémicas.

    Así se urdió la privatización de Osakidetza
    Conexiones de SEDISA con Osakidetza y Osasunbidea
    Las relaciones entre SEDISA y la Consejería de Salud del Gobierno Vasco se han fortalecido en el transcurso de la última década. En 2013, el entonces consejero de Salud del Gobierno Vasco, Jon Darpón, inauguró el XVIII Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria celebrado en Bilbao, organizado por SEDISA con la colaboración de Osakidetza.

    Diez años más tarde, también en Bilbao, las XII Jornadas Nacionales de SEDISA fueron inauguradas por la consejera de Salud del Gobierno Vasco, Gotzone Sagardui. Poco después, en octubre de 2022, Sagardui fue invitada por SEDISA para impartir en Madrid una conferencia sobre la “Calidad, Innovación y Eficiencia en la Salud”.

    Pero las relaciones entre cargos de Osakidetza y SEDISA van más allá. El fundador de SEDISA y presidente de honor, Joaquín Estévez, fue director del Hospital de Nuestra Señora de Aránzazu de Donostia del Servicio Vasco de Salud. Estévez llegó a ser miembro de aquel equipo que puso en marcha los cimientos de la privatización de Osakidetza a través del plan Osasuna Zainduz, liderado en la década de los 90 por el consejero Iñaki Azkuna y el Director de Planificación y Ordenación en Salud Rafa Bengoa, años más tarde consejero de Salud y en la actualidad consultor que asesora al Servicio de Salud de Madrid.

    En 2015, SEDISA fichó como socio de honor a Gregorio Achutegui, exdirector gerente del Hospital de Cruces y conocido por encabezar el ranking de las retribuciones más altas recibidos por altos cargos de Osakidetza
    El exJefe de Salud Pública en la Secretaría de Estado de Sanidad también ostentó la dirección de las Clínicas Quirón de Donostia y Bilbao, grupo privado que representa una de las mayores amenazas a la salud pública en Gipuzkoa y donde trabaja un exconsejero de Salud del Gobierno Vasco, Gabriel Inclán.

    No es la única conexión vasca con SEDISA. Como vicepresidente segundo de la Junta directiva figura Jon Guajardo, a su vez gerente de la OSI Barrualde Galdakao del Servicio Vasco de Salud.

    Además, en 2015, SEDISA fichó como socio de honor a Gregorio Achutegui, exdirector gerente del Hospital de Cruces que en su momento encabezó el ranking de las retribuciones de los altos cargos de Osakidetza gracias al aumento de incentivos a la productividad implantados en la etapa de Rafa Bengoa como consejero de Salud. Achutegui, exdirector de Salud en Gipuzkoa, fue director gerente del Servicio Navarro de Salud entre los años 2020 y 2023, por lo que tendrá que comparecer en la comisión de investigación del “caso Koldo”.

    La familia Feijóo al mando
    Hace 11 años, en 2013, coincidiendo con la primera marea blanca contra la privatización de la Sanidad en Madrid, dimitieron en masa 322 profesionales organizados en la Plataforma de Equipos Directivos de Centros de Salud. Mientras, la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) ejercía como “lobby para empresarizar la sanidad”.

    Según Audita Sanidad, la Consejería de Sanidad madrileña adjudicó en 2016 a los socios y entidades colaboradoras de SEDISA unos 207 contratos por un importe total de 189 millones de euros, el 23,52% del total adjudicado a los lobbies sanitarios
    Según un estudio de la plataforma Audita Sanidad, en 2016, la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid adjudicó por concurso público a los socios protectores y entidades colaboradoras de SEDISA unos 207 contratos por un importe total de 189 millones de euros, el 23,52% del total de servicios adjudicados a empresas pertenecientes a lobbies. En 2020, fueron 452 contratos por 329.5 millones, según recoge una publicación en la página web de la asociación vasca por el derecho a la salud OSALDE.

    Otra reforma privatizadora del PP similar a la de Madrid e impulsada también en 2013, en este caso dentro del Servizo Galego de Saúde, atendió las demandas de “empresarizar” los centros sanitarios a través de una gestión basada en la colaboración público-privada planteadas por SEDISA, entidad a la que ya por entonces pertenecían cargos del servicio público de salud gallego (Sergas) como Ramón Ares, director de Procesos Asistenciales de la Gerencia de Gestión Integrada de A Coruña, y Mario González González, gerente del hospital de Vigo.

    Al respecto, la hasta hace poco polémica gerente del área sanitaria de Santiago y Barbanza, Eloína Núñez, sigue siendo miembro de la Junta Directiva de SEDISA y a su vez es prima del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, exmáximo responsable del Servizo Galego de Saúde y exsecretario general de Asistencia Sanitaria del Gobierno español.

    La influencia de esta organización no se limita a Euskadi, Nafarroa, Madrid o Galicia, también alcanza otros servicios públicos de salud. El hasta hace poco patrono de Innovación y Proyectos en SEDISA, César Pascual, es consejero de Salud de Cantabria desde julio del año pasado. Rafael López, vocal de la Junta directiva de SEDISA, fue Gerente Regional de Salud de Castilla y León. Otro miembro de la Junta, Conrado Domínguez, ostentó el cargo de Director del Servicio Canario de la Salud.

    El Plan Osasuna Zainduz fue el punto de inflexión en la implantación del modelo de gestión pública del Servicio Vasco de Salud. Iniciada en 1991, esta reforma impuso la competitividad, la reducción de costes, la figura del cliente, la sanidad como un mercado, las políticas de oferta y demanda, los incentivos por resultados y otras medidas procedentes de la Gran Bretaña de Margaret Thatcher.

    En el tradicional mensaje televisado de Navidad, el lehendakari Iñigo Urkullu asumió la existencia de “problemas” y “dificultades” en Osakidetza. Y a continuación añadió: “Hoy pedimos Salud al nuevo año”. Osakidetza comenzó el 2023 con 422 profesionales sanitarios menos que a principios del año anterior. La jubilación de 2.300 personas en los próximos tres años, de los cuales 330 son médicos, amenaza con agravar la falta de personal en la sanidad pública vasca. Mientras tanto, las obras de la Facultad de Medicina de Basurto se han retrasado otro curso y el sobrecoste asciende ya al 20%.

    La lista de espera de consultas externas tampoco ha parado de crecer: se ha multiplicado por seis desde 2016. Según reconoce el propio Gobierno Vasco, más de 115.000 pacientes están a la espera de obtener una cita con un especialista en las consultas externas y 53.576 personas integran las listas de espera para someterse a una prueba diagnóstica. La amenaza del cierre de plantas, como la de Cirugía en Cruces, planea sobre los hospitales vascos y la Atención Primaria, cada vez más privatizada, sufre tras años de desgaste.

    El pasado 1 de febrero, durante la inauguración del centro de salud de Murueta, el propio Urkullu reconoció “carencias” en la atención primaria y se comprometió a “realizar un esfuerzo económico”. La realidad es que, solo el año pasado, Osakidetza gastó más de 60.000 euros en contratar a consultoras privadas para externalizar la auditoría, reorganizar e “innovar” en la Atención Primaria.

    “Osakidetza es la avanzadilla, Ayuso sigue el ritmo del País Vasco”, valora Arkaitz Herreros sobre el desmantelamiento de la sanidad pública. El delegado sanitario por Bizkaia del sindicato ELA no se cree la imagen que el Gobierno Vasco muestra de Osakidetza: la “joya de la corona” vasca no es un referente mundial para los servicios de salud. ¿Pero, cuándo comenzó a desmoronarse este mito?

    Como afirma un artículo del Grupo de Investigación en Determinantes Sociales de la Salud y Cambio Demográfico de la Universidad del País Vasco (OSEKI), “la llegada de la corriente neoliberal a principios de la década de 1990 se materializó en el Plan Osasuna Zainduz». Firmado en 1993, este proyecto modificó la naturaleza de la gestión de la sanidad pública. La idea era que Osakidetza operara bajo lo que se conoce como un Régimen Jurídico Privado, es decir, que introdujera criterios de gestión empresarial, basados en el entendimiento de la salud como un coste para las arcas públicas. Como indicaba el propio Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco a inicios de los noventa, la sanidad pública debía funcionar mediante parámetros “comunes en el sector privado, basados en el acuerdo entre las partes y en el sometimiento al Derecho Laboral y Mercantil”.

    La llegada de “la corriente neoliberal a principios de la década de 1990” se materializó en el Plan Osasuna Zainduz, que modificó la naturaleza de la sanidad pública vasca e introdujo criterios de gestión empresarial
    El Plan Osasuna Zainduz fue presentado, y defendido ferozmente en el Parlamento Vasco, por el mismísimo Iñaki Azkuna, por entonces consejero de Sanidad del Gobierno Vasco. Azkuna afirma en aquel entonces que “la expansión del sector sanitario” era “necesaria”, pero, añadía, “no puede continuar apoyándose únicamente en una aportación mayor de fondos hacia el mismo”. Respecto a las críticas sindicales por no contar con las organizaciones de trabajadores para elaborar el borrador del proyecto, Azkuna respondió ironizando sobre el asamblearismo: “Ya nos han avisado aquellos a los que consultamos, las grandes empresas, como Mondragón o Iberdrola (…)”, decía obnubilado. “Aunque hagáis 1.500 reuniones, siempre será poco”.

    Este plan era una forma distinta de, como decía Azkuna, “meter la tijera” en alguna “parte de la sanidad”. Así, el sistema vasco de salud adoptó una nueva estructura de funcionamiento donde, básicamente, se desdoblaba la financiación. Por un lado, la pública, dependiente del Gobierno Vasco. Por otro lado, la provisión, que podía ser pública o privada. El Departamento de Sanidad comenzó a adquirir un papel distinto, más relacionado con la regulación o la financiación que con la dirección del sector público. Ello implicó reducir cualquier atisbo de planificación y comenzar a asignar recursos a las “agencias” que después contratarían los servicios sanitarios. Estas mismas agencias luego se convertirían delegaciones territoriales, de Bizkaia, Araba y Gipuzkoa, y realizarían la contratación tanto de servicios públicos, mediante suscripción de los contratos-programa con Osakidetza, como de servicios privados, mediante la criticada fórmula de la concertación de servicios.

    Este modelo, el de la agencia de contratación, se quiere imponer ahora en el Sistema de Salud de la Comunidad de Madrid. Ante ello, la Coordinadora Anti-Privatización de la Salud de Madrid, ha criticado que supone “transferir dinero público a la empresa privada de la forma más ágil y moderna posible, es decir, eliminando los mecanismos que el Derecho Público establece para asegurar la utilización transparente y controlada del erario público por el capital privado”.

    La Coordinadora Anti-Privatización de la Salud de Madrid trata de luchar contra el modelo que se quiere impone en la CAM aludiendo que “el experimento no es nuevo”, refiriéndose a Osakidetza
    Para oponerse a ello, la coordinadora madrileña ha aludido a que “el experimento no es nuevo”, refiriéndose a Osakidetza-Servicio Vasco de Salud. Al igual que “en el caso del País Vasco, no hay ningún control político sobre la contratación, solo el Tribunal Vasco de Cuentas, que es un organismo técnico, y la ley presupuestaria que impone el techo de gasto”.

    Críticas de los sindicatos y el Ararteko
    Los valores que iban a regir la “reforma” del sistema público de salud que impulsaba el Plan Osasuna Zainduz eran los que emergen de una serie de conceptos como la “competitividad”, los “costes”, el “pago” de algunas “prestaciones”, la figura de “cliente”, la concepción de la sanidad como un “mercado sanitario”, que compartiría, además, “fórmulas comunes en el sector privado” como las “políticas de oferta y demanda”, los “incentivos por resultados” y “medidas similares” a las “aplicadas en Gran Bretaña”, entre otros. “Es un cambio radical en el sistema de gestión”, como señalaron las fuentes del Departamento de Sanidad del momento.

    Osasuna Zaiduz hablaba de “competitividad”, “costes”, “cliente” y de la sanidad como “mercado sanitario”, y tenía como modelo a seguir las medidas de Gran Bretaña.
    Para ELA, este cambio iba a suponer “la desvertebración de Osakidetza”. El sindicato añadió un vaticinio que luego se cumplió: “Puede derivar hacia la desaparición de servicios en algunos hospitales”. A su vez, Adolfo Muñoz, el responsable sectorial de Osakidetza de la organización en aquella época, indicaba: “Las leyes del mercado no sirven para regular los servicios sanitarios, no se puede hablar de costes cuando se trata de cubrir necesidades sociales”.

    La reforma promovida por Azkuna y Bengoa, entre otros, establecía un orden prioritario en servicios sanitarios y obligaba a pagar un canon en algunas especialidades. Otra huella de la neoliberalización en la sanidad pública vasca de este Plan se ponía de manifiesto en el apartado sobre los salarios de los profesionales. Este introducía un nuevo parámetro, desconocido hasta el momento: la eficiencia. Aspecto destacado de la reforma también fue la “flexibilización del sistema de personal”, al proponer que las nuevas incorporaciones se regularan por contratos laborales.

    En su exposición ante el Parlamento Vasco, Iñaki Azkuna subrayó tres factores que determinaban la necesidad del cambio de modelo sanitario: el envejecimiento de la población, el SIDA y las drogodependencias, aunque no mencionaba la salud mental. A este respecto, un monográfico sobre el tema que años más tarde publicó el Ararteko-Defensor del Pueblo del País Vasco recogía lo siguiente: “La participación comunitaria que iniciaba su desarrollo en forma de Juntas locales de Sanidad, Comisiones municipales hace más de diez años vio coartado su desarrollo por el Osasuna Zainduz, proyecto con estilo empresarial, donde no figuraba una sola línea sobre intervención comunitaria”. Y concluía: “Frenó toda forma de análisis sanitario y búsqueda de soluciones realizado por la propia ciudadanía”.

    Además de Iñaki Azkuna, uno de los cerebros del poco recordado Plan Osasuna Zainduz fue Rafa Bengoa, en aquel momento alto cargo de Osakidetza. Ambos estaban al frente de las estructuras de poder político necesarias para culminar aquello que afirmaba Margaret Thatcher: “La economía es el método, pero el objetivo es cambiar el alma”. Azkuna había pasado por la dirección del Hospital de Cruces de Bilbao (1981) y luego por la dirección de Hospitales del Gobierno Vasco para más tarde ostentar la dirección de Osakidetza (1983-1987) y, por último, la consejería de Sanidad (1991-1999).

    Bengoa era el Director de Planificación y Ordenación en Salud (1991-1995) cuando Azkuna estaba al frente de la Consejería. Era su mano derecha y fue su sucesor natural. A ambos aún se les puede ver en fotos inaugurando centros de salud en Bilbao, Azkuna como alcalde de la villa y Bengoa como consejero de Sanidad del Gobierno Vasco (2009-2012).

    El Plan de Azkuna y Bengoa estaba alineado con el discurso predominante a nivel estatal y global: la supuesta amenaza de la sostenibilidad de los sistemas sanitarios. De hecho, nació poco después de que se implementarán las reformas privatizadoras del Sistema Nacional de Salud británico por parte de Margaret Thatcher y de que naciera el “informe Abril” en el Estado español.

    Hasta qué punto llega la analogía neoliberal que durante la presentación de Osasuna Zainduz en el Parlamento, tras escuchar las críticas de Herri Batasuna, el PNV defendió su plan refiriéndose a las reformas en Reino Unido: “Los ingleses […] han reaccionado y han espoleado el sistema para que se dinamice”. Para la líder conservadora inglesa, conocida como la Dama de Hierro por ser una de las grandes artífices del proyecto neoliberal, los grandes cambios requieren de un plan a largo plazo. Nadie aceptaría la destrucción de la sanidad de la noche a la mañana. Por tanto, la estrategia fue sentar las bases ideológicas para presentar el servicio público como algo ineficiente, identificándolo con la rigidez del Estado y criminalizándolo hasta la saciedad.

    La estrategia fue sentar las bases ideológicas para presentar el servicio público sanitario como ineficiente, identificándolo con la rigidez del Estado y criminalizándolo hasta la saciedad.
    El “informe Abril” había sido redactado en 1991 por una comisión presidida por el vicepresidente segundo del Gobierno español, Fernando Abril Martorell, en la que Rafael Bengoa participaba. Siguiendo la estratagema de Thatcher, el texto señalaba que se estaba dando “un cierto agotamiento del sistema sanitario” debido a que “el sistema sufre tensiones por el aumento de la demanda social, por el envejecimiento y la mejora del nivel de vida […] con recursos cada vez más limitados”. El documento aseguraba: “El Sistema público no tiene visión global y empresarial”. Sindicatos como LAB compararon el plan Osasuna Zainduz, urdido entre 1991 y 1993, con las medidas a favor de la privatización recogidas en el “informe Abril”.

    Para cerrar el círculo, el hijo de Fernando Abril Martorell presidió la multinacional Indra entre 2015 y 2021, periodo en el que la empresa logró importantes contratos de Osakidetza.

    El hito de la teleasistencia privatizada
    Con Rafael Bengoa al frente de la Consejería de Sanidad se produjo otro de los hitos de las reformas estructurales en el sistema público de salud vasco. El plan Osasuna Zainduz, que tenía previsto culminar su implantación en 2002, dio paso a algo más implantado en las líneas maestras de la política vasca: la Estrategia Vasca de Cronicidad, fechada en 2010, que implantó un modelo de atención procedente del sistema de salud norteamericano. Para ello, la estrategia adoptaba un modelo sanitario basado en la creación de demarcaciones territoriales, denominadas Organizaciones Sanitarias Integradas (OSI), autónomas en su gestión, y con bases de financiación e incentivos en función del cumplimiento de los objetivos de eficiencia planteados.

    Respecto a la manera de solucionar el problema, o hacer frente al “reto” de la cronicidad, se puso en marcha el servicio de teleasistencia, el cual ha estado marcado por el conflicto laboral y las externalizaciones. De hecho, este servicio se ha adjudicado por varios millones de euros a una UTE liderada por GSR (Grupo Mondragon) e IMQ, aseguradora privada.

    Cabe señalar también la importancia de las puertas giratorias en este affaire: el director del negocio del área de salud del Grupo Mondragon, Mikel Álvarez, fue también alto cargo de Osakidetza. Además, el exconsejero de Salud Jon Darpón fue director general de la clínica Zorrotzaurre, del grupo IMQ-Igurco. Por su parte, el actual director de operaciones de IMQ-Igurco es el exburukide Iñaki Isasi.

    Giratorias del equipo de Azkuna y Bengoa
    Uno de los coautores de la reforma privatizadora Osasuna Zainduz fue Joaquín Estevez. En su opinión, el equipo de Iñaki Azkuna inició una “profunda transformación de la Sanidad Vasca con el proyecto” Osasuna Zainduz. Entre los miembros de aquel equipo, donde también estaba Estevez, se encuentran Xabier Bergara, Xabier Buruaga, Luis Hernández, Paco Villar, Jon Darpón, Daniel Zulaika, José Luis Sabas, Mikel Álvarez y Rafael Bengoa. ¿Dónde terminaron la mayoría de los protagonistas del Plan Osasuna Zainduz?

    La respuesta es sencilla: en la empresa privada. Vendieron la sanidad pública vasca para acceder a las corporaciones que se hicieron cargo de ella. Rafael Bengoa, exmiembro del patronato de la fundación de la funeraria Mémora, ahora dirige Institute for Health and Strategy, una consultora privada del sector sanitario con una exalto cargo de Osakidetza, Patricia Arratibel, y asesora a un centro integrado en el Servicio de Salud de Madrid, el Hospital 12 de Octubre. Hijo de un nacionalista y consejero de Sanidad del Gobierno presidido por el socialista Patxi López, también acabó siendo acusado por integrar la trama del “caso Osatek”, un caso de irregularidades en los procesos de contratación y adjudicación.

    ¿Dónde terminaron la mayoría de los protagonistas del Plan Osasuna Zainduz? La respuesta es sencilla: en la empresa privada.
    Mikel Álvarez, exdirector gerente del Hospital de Cruces y exconsejero de Policlínica Gipuzkoa, ejerció de mano derecha del alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, y fue sustituido en su cargo de concejal por Gotzone Sagardui, ahora consejera de Salud. En la actualidad, Álvarez es directivo de Mondragon Health, importante adjudicataria de Osakidetza.

    Jon Darpón, exsubdirector Médico de Traumatología y Rehabilitación del Hospital de Cruces y consejero de Salud entre 2012 y 2019, cesó tras estallar la denuncia por fraude en una OPE de Osakidetza. En la actualidad, Darpón y dos exmiembros de la cúpula de Osakidetza trabajan en Keralty, un grupo privado sanitario que dirige Jon Azua, consejero de Sanidad entre 1985 y 1987. Keralty impulsa en varios países como México y los Estados Unidos un modelo por el que se va erosionando el servicio público sanitario.

    El propio Joaquín Estevez, exdirector gerente del Hospital Nuestra Señora de Aránzazu en la etapa de Azkuna al frente de la Consejería de Sanidad, fue director de hospitales del grupo Quirón y ahora preside la Fundación Española de Directivos de la Salud. Gabriel Inclán, consejero de Sanidad entre 1999 y 2009, trabaja en el grupo Quirón, otra de las firmas que han contribuido a la privatización Osakidetza. Un amigo de Inclán dio su nombre al “caso Margüello”, una trama de corrupción en Osakidetza que llevo a declarar a Iñaki Azkuna y a un asesor de Rafael Bengoa.

    Ángel Larrañaga, consejero de Sanidad entre 1984 y 1984, fichó por Bruesa, constructora que figura en la trama de corrupción denominada “papeles de Bárcenas”. Además, Larrañaga dirigió una empresa que era contratista del Departamento de Interior. Su predecesor, Jesús Javier Aguirre, consejero de Sanidad entre 1980 y 1984, pasó a dirigir una firma que también trabajaba para el Departamento de Interior.

    José Luis Sabas, exresponsable de la estrategia de inversiones de Osakidetza y mano derecha de Iñaki Azkuna en el Ayuntamiento de Bilbao fue cesado como director del Hospital Santa Marina a raíz de su vacunación irregular durante la pandemia, saltándose el protocolo.

    De aquellos barros, estos lodos
    El mito de oasis vasco ha servido para ocultar las deficiencias que los sindicatos comenzaron a denunciar sobre Osakidetza en la década de los años ochenta. Frente a las críticas y huelgas de los últimos años, la Consejería de Salud ha gastado millones de euros anuales en campañas de comunicación para convencer a la opinión pública de todo lo contrario. Muchas de ellas han sido contratadas a través de agencias y medios vinculados a personalidades del PNV, como Mediasal o Grupo Noticias. El año pasado, el servicio de salud público destinó 460.000 euros en un solo contrato para “campañas de comunicación con el fin de ofrecer a la población información ligada a la Salud y a la gestión de las políticas y acciones ligadas a la Salud en Euskadi”.

    Pese a la propaganda institucional encubierta en espacios informativos de EITB, la última encuesta del Deustobarómetro, publicada en diciembre del 2022, señala que la preocupación por la sanidad se había duplicado desde verano de 2022 y la puntuación media de Osakidetza bajó de un 6,1 a un 5. Además, según OSEKI, en relación con los recursos que se destinan a la sanidad por el Departamento de Salud del Gobierno Vasco, la mayor parte de la población percibe que en los últimos años han disminuido.

    Tras el incremento del ritmo del proceso de privatización y la presión por la pandemia, han aflorado los factores que amenazan la salud de Osakidetza. Por un lado, la externalización de servicios alegando la falta de recursos propios o la complejidad de la labor requerida, un empeño privatizador que genera sobrecostes, se ha visto incrementada. En este grupo de factores se integran los convenios de colaboración público-privados que favorecen los intereses de entidades como las mutuas privadas o la industria farmacéutica.

    Algunas plataformas en defensa de la salud pública han mantenido reuniones para formar lo que podría ser una Marea Blanca en el oasis vasco
    Por otro lado, se ha visto aumentado el cesarismo en las decisiones políticas sobre las técnicas y la hiperreacción frente a las críticas como resultado de una nula voluntad negociadora. La tercera problemática aglutina la precarización del mayor contratador público y su enorme tasa de temporalidad, que además ha sido calificada en los tribunales como fraudulenta.

    Por último, la suma de la normalización de las puertas giratorias en ambos sentidos entre lo público y lo privado para cargos que son eternamente recolocados. En este grupo también destacan el clientelismo como mecanismo para inyectar fondos públicos en forma de contratos y ayudas al sector privado, que se suma a la normalización de focos de corrupción y la presencia de actores que han realizado decenas de irregularidades en las licitaciones del Servicio Vasco de Salud.

    La semana pasada, la plataforma en defensa de la atención primaria en la sanidad pública, Lehen Arreta Arnasberritzen, no descartaba que los trabajadores de Osakidetza inicien una huelga, como ya están haciendo sus compañeros en Nafarroa y en Madrid. Mientras tanto, algunas plataformas en defensa de la salud pública en Euskadi han mantenido reuniones en las que se podría estar gestando una Marea Blanca en el oasis vasco.

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