El programa de Lantxabe ‘Iré a otra tierra, iré a otro mar’ dedicado a Egipto tiene varios hitos; uno de ellos son las conferencias de Mariajo Noain sobre Egipto.
La suma de tres vectores; Ciencia y Pedagogía de Mariajo; Egipto seductor, y la capacidad de convocatoria de los ciclos de Literatura y Cine, organizados por Lola Arrieta, propiciaron que la Conferencia de la Profesora “El Egipto de los faraones” [jueves 15], en la Casa de Cultura de Aiete, colmatara su salón de actos, más de un centenar de personas lo abarrotaron como se puede ver en las fotos y en este breve video
Con sobriedad, sabiduría y ciencia, Marijo diseñó una conferencia seguida con mucha atención por los presentes: unos, en vísperas de su viaje al país civilizatorio; otros, los que acababan de volver de su viaje al país de los faraones; los más, atraídos por la ponente -incluido el alumnado de sus cursos-. Una parte importante de la asistencia la forman personas que viene asistiendo a los ciclos de literatura y cine conducidos por Lola
Mariajo subrayó que la civilización del antiguo Egipto se fundamentaba en la necesidad de organizar la vida después de la muerte. Esta creencia guiaba su arquitectura monumental, su arte,…
Experta en el estudio de las artes, los monumentos y los objetos de la antigüedad, especialmente a través de sus restos, la relatora señalaba que las evidencias arqueológicas indican que la civilización egipcia comenzó alrededor del VI milenio a. C., durante el Neolítico, cuando se asentaron los primeros pobladores. El río Nilo, en torno al cual se asienta la población, ha sido la línea de referencia para la cultura egipcia desde que los nómadas cazadores-recolectores comenzaron a vivir en sus riberas durante el pleistoceno. Los rastros de estos primeros pobladores de Egipto alcanzaron las riberas del río Nilo, en su huida de la creciente desertización del Sáhara.
Alrededor del 6000 a. C., ya había aparecido en el valle del Nilo la agricultura organizada y la construcción de grandes poblados. Al mismo tiempo, en el sudoeste se dedicaban a la ganadería y también construían. El mortero de cal se usaba ya en el 4000 a. C. Mariajo nos introducía en el denominado periodo predinástico, que empieza con la cultura de Naqada.
Entre el 5500 y el 3100 a. C., durante el Predinástico, los asentamientos pequeños prosperaron a lo largo del Nilo. En el 3300 a. C., momentos antes de la primera dinastía, Egipto estaba dividido en dos reinos, conocidos como Alto Egipto y Bajo Egipto. La frontera entre ambos se situaba en la actual zona de El Cairo, al sur del delta del Nilo.
Marijo proyectó en pantalla la ‘Paleta de Narmer’, primera mención a una unificación del Antiguo Egipto por parte del faraón Narmer, fundador de la I dinastía
Esta época está marcada por la influencia del faraón Dyeser (Zoser), quien traslada la capital a Menfis y extiende el Imperio egipcio desde Nubia al Sinaí. Aunque más conocido que Zoser fue su visir Imhotep, el arquitecto diseñador de la pirámide escalonada de Saqqara,
sumo sacerdote de Ptah, divinizado en la época ptolemaica. También las grandes pirámides de Guiza, erigidas por los faraones Keops, Kefrén y Micerino se datan en este periodo.
El piramidión es la pieza pétrea de forma piramidal que se situaba en la parte más alta de los obeliscos y pirámides, o cúspide; simbolizaba el lugar donde se posaba el dios solar Ra o Amón-Ra, como punto de unión entre el Cielo y la Tierra.
Y continuaba María José, los faraones de la Dinastía IV alcanzaron el cénit del Imperio Antiguo , que comenzó con el faraón Seneferu, quien construyó tres pirámides: la pirámide ahora derruida de Meidum, la Pirámide acodada de Dahshur, y la Pirámide Roja, al norte de Dahshur.
Colocación de las pirámides de Giza y su frontera con la mastodóntica capital El Cairo
Seneferu fue sucedido por su hijo, Keops, quien construyó la Gran Pirámide de Giza. La tradición posterior egipcia lo describe como un tirano cruel, que impuso el trabajo forzado a sus súbditos para erigir su pirámide. Después de la muerte de Keops es posible que surgieran disputas sucesorias entre sus hijos Dyedefra y Kefrén. Este último construyó la segunda pirámide y posiblemente la Gran Esfinge de Giza.
El último rey de la IV Dinastía fue Micerino, quien construyó la tercera mayor pirámide de Giza -toda esta información venía documentada en la pantalla por la profesora-
Un debate recurrente es la forma de construir las pirámides. Mariajo documentó ampliamente esta cuestión
Mariajo nos presentó una escultura de grupo que se conserva en el Museo de El Cairo, en ella el rey (Micerinos) aparece acompañado por la diosa Hathor y otra figura que personifica una provincia de Egipto.
Heródoto escribió que también fue un rey magnánimo, abrió los templos al culto, cerrados por Keops y Kefrén. [Heródoto es del siglo V a.C. y escribe sobre acontecimientos sucedidos 2000 años atrás. Es considerado el padre de la historia en el mundo occidental y el primero en componer un relato razonado y estructurado de las acciones humanas]. Micerinos, apenas subió al trono, recibió un oráculo donde se advertía que reinaría solo seis años, y moriría al séptimo. Nos decía Mariajo -como llamativa curiosidad- que entonces Micerino ordenó colocar multitud de lámparas, que encendía por la noche, entregándose ininterrumpidamente a los placeres. Así creyó que burlaba al oráculo, pues los seis años resultaron ser doce, tras convertir las noches en resplandecientes días.
Se le atribuye erigir la tercera pirámide de la meseta de Guiza, el templo funerario, el templo del valle, y la calzada procesional que los comunica
Maria Jose Noain en un momento de su intervención
Los intereses comerciales de Egipto en mercancías como ébano, mirra, incienso, oro, cobre y otros metales útiles inspiraron a los antiguos egipcios a construir grandes barcos para navegar por mar abierto.
[La arqueóloga nos documentó cómo recientemente han desenterrado un barco egipcio de la era de las pirámides]
Viajaron por el mar Rojo hasta el Reino de Punt, ubicado en las actuales Etiopía y Somalia para obtener ébano, marfil y especias aromáticas. Los constructores de barcos de aquella época usaban cuerdas para trabar sus barcos. [Una de estas expediciones forman parte de un elocuente relato, en sus últimas páginas, de ‘La dama del Nilo’]
Nos habló de la importancia de los escribas. -en la foto la escultura de un escriba hallado en Sacara, que veremos en el museo de El Ciro-. Existía un archivo al que se llamaba Casa de Vida en el cual se reunían todos los documentos relativos al funcionamiento de la ciudad.
El río Nilo fue la clave para el éxito de la civilización egipcia, ya que permitía el aprovechamiento de los recursos y ofrecía una significativa ventaja sobre otros oponentes: el limo fértil depositado a lo largo de los bancos del Nilo tras las inundaciones anuales significó para los egipcios el practicar una forma de agricultura menos laboriosa que en otras zonas, liberando a la población para dedicar más tiempo y recursos al desarrollo cultural, tecnológico y artístico.
Mujer elaborando cerveza
El territorio del Antiguo Egipto estaba constituido por el Delta y el valle del río Nilo, una estrecha y larga franja en el noreste de África; un territorio fértil de menos de 60 kilómetros de ancho y 1200 kilómetros de largo, flanqueado en gran parte por el desierto del Sáhara.
El Nilo es uno de los mayores cursos fluviales del mundo. Nace en el África centrooriental (en los lagos Victoria Nyanza, Alberto Nyanza y Tana) y desemboca en el mar Mediterráneo conformando el delta del Nilo.
La geografía del Egipto Antiguo es muy significativa e influyó mucho en su cultura. Egipto está situado en el noreste de África y está muy aislado de otros países por su situación geográfica. Sus límites son: por el oeste el desierto de Libia; por el este, el Mar Rojo y el desierto de Arabia; por el norte el mar Mediterráneo y por el sur el macizo de Etiopía y el desierto de Nubia. Ese medio natural circundante limitaba los contactos con el exterior, permitiendo que una cultura original se desarrollara con menos influencias que otras civilizaciones.
Pero retomando el hilo de la charla, consolidado el poblamiento de la región, la docta maestra documentaba cómo en línea con su religiosidad, los egipcios creían en la existencia de un juicio final en el más allá, donde el alma del difunto era juzgada por sus acciones en vida.
Y para asegurar una transición exitosa hacia la vida después de la muerte, se realizaban elaborados sofisticados rituales funerarios y en el periodo antiguo, objeto de la conferencia, se construyeron las pirámides
Modelo característico de pirámide
El faraón era considerado como un dios, heredero de los dioses que reinaron sobre la Tierra, custodio de la justicia y el orden universal. Era el único que podía tener varias esposas legítimas y otras secundarias (concubinas), madres de los futuros reyes, visires, generalmente, sumos sacerdotes en los templos de Ra, Tot y Min, con derecho a ser enterrados junto al faraón, en pirámides menores o mastabas propias.
Aunque la idea de un faraón opulento que sometía al pueblo se encuentra muy extendida, no es del todo exacta. Los faraones donaban una serie de derechos, estaba extendida la propiedad privada, existía la posibilidad de ascenso social y hasta que los cargos se hiciesen hereditarios. El faraón era propietario de hombres y tierras, teológicamente, pero en realidad la propiedad privada era un derecho con garantías jurídicas y legales, garantizada por el Estado si estaba registrada, existiendo censos bianuales de bienes muebles e inmuebles de la población
Nos habló de otra pirámide, la de la jeraquía, [en la foto]
Dentro de esta jerarquía, no está nada claro, que la base de la pirámide estuviera formada por esclavos, no está asumido que hubiera esclavitud en el antiguo Egipto. El jerogífico «Hem», generalmente se traduce como ‘esclavo’ y originalmente significa cuerpo, era una persona con derechos disminuidos dedicados a una determinada tarea, como el servicio de un dios (desde la primera dinastía) o la administración real.
Mariajo nos habló de las estatuas «vivas» de
Rahotep y Nofret
En 1871, durante unas excavaciones realizadas por Auguste Mariette en la necrópolis de Meidum, salió a la luz la tumba de uno de los hermanos del faraón Keops y su esposa. Aunque la mastaba ya había sido saqueada en la antigüedad, conservaba un impactante tesoro que se ha convertido en un icono del antiguo Egipto: dos realistas estatuas de tamaño natural de los propietarios de la tumba.
En Meidum se extiende asimismo una vasta necrópolis de mastabas del Reino Antiguo (2543-2120 a.C.). Y en la excavación de algunas de estas tumbas, situadas al norte de la pirámide, es en lo que estaban ocupados Mariette y su equipo.
Durante la exploración del lugar, cerca de la mastaba de Nefermaat (uno de los hijos de Esnofru), Albert Daninos, el ayudante de origen griego de Mariette, coordinaba a un grupo de trabajadores que estaba retirando una estela. Cuando completaron su trabajo, se encontraron con la entrada de un pozo que desembocaba en una galería. Al parecer, acababan de descubrir una nueva mastaba.
Emocionado, Daninos encargó a uno de los obreros que se introdujese por la galería con una vela para hacer una inspección preliminar. Al cabo de un rato, el obrero reapareció, a toda prisa y con una mueca de terror en su rostro. «El trabajador se encontró en presencia de las cabezas de dos seres humanos vivos cuyos ojos le devolvían la mirada», explicó Daninos.
Quienes habían asustado de ese modo al trabajador egipcio fueron dos realistas estatuas funerarias que representaban a los propietarios de la tumba: el príncipe Rahotep y su esposa Nofret (las magníficas piezas fueron trasladadas poco después al Museo de Bulaq, en El Cairo, antecedente del actual museo de la plaza Tahrir).
Las estatuas que representan a Rahotep y Nofret son de piedra caliza estucada y de bulto redondo. Estas piezas se han convertido en grandes hitos de la historia del arte por su gran realismo y perfección formal.
Ambas estatuas conservan de un modo espectacular la policromía original y sus ojos, de cuarzo blanco y cristal de roca, miran fijamente al espectador.
Hoy en día, ocupan un lugar privilegiado en el Museo Egipcio de El Cairo, desde donde siguen observando de un modo insondable al espectador, al viajero de Lantxabe que ahora ya no temerá su profunda y límpida mirada, sino que se rendirá maravillado ante su belleza eterna e inmutable.
Otro momento importante en la exposición fue cuando la ponente subrayó el descubrimiento de la escritura (jeroglífico),
La escritura jeroglífica constituyó, probablemente, el sistema organizado de escritura más antiguo del mundo, y era utilizada principalmente para inscripciones oficiales en las paredes de templos y tumbas. Con el tiempo evolucionó hacia formas más simples, como el hierático, una variante más cursiva que se podía pintar en papiros o placas de barro. Más tarde, y debido a la creciente influencia griega en el Cercano Oriente, la escritura evolucionó hacia el demótico, fase en la que los jeroglíficos primigenios figuran bastante estilizados, produciéndose la inclusión de algunos signos griegos en la escritura, detallaba la conferenciante
Esta grafía se hacía sobre un Papiro, nombre que recibe el soporte de escritura elaborado a partir de Cyperus papyrus, una hierba muy común en el río Nilo en Egipto y en algunos lugares de la cuenca mediterránea. La curiosidad en la sala subió de tono cunado se supo que además de como material de escritura, los antiguos egipcios empleaban el papiro en la construcción de otros artefactos, como barcos de juncos, esteras, cuerdas, sandalias, y canastas.
El papiro se fabricó por primera vez en Egipto ya en el cuarto milenio antes de Cristo.
La monitora ilustró con proyecciones en la pantalla los procesos de embalsamamiento y momificación de los personajes significados [ver en foto la de Ramses II]
La charla tuvo un punto importante en ‘La piedra de Rosetta’, un fragmento de una antigua estela egipcia de granodiorita inscrita con un decreto publicado en Menfis en el año 196 a. C. en nombre del faraón Ptolomeo V. El decreto aparece en tres escrituras distintas: el texto superior en jeroglíficos egipcios, la parte intermedia en escritura demótica y la inferior en griego antiguo. Gracias a que presenta esencialmente el mismo contenido en las tres inscripciones, con diferencias menores entre ellas, esta piedra facilitó la clave para el desciframiento moderno de los jeroglíficos egipcios
Cuadro resumen de historia
Periodo del Imperio Medio de Egipto: 2050 a. C. /// 1750 a. C.
Se inicia con la reunificación de Egipto bajo el reinado de Mentuhotep II, a mediados de la dinastía XI, dando fin al denominado Primer periodo intermedio de Egipto.
A pesar de la unificación, bajo los gobernantes tebanos los monarcas seguían teniendo bastante poder dentro de sus tierras en los principios del periodo. El primer objetivo de Mentuhotep, después de conquistada la ciudad de Heracleópolis, fue lograr la dominación efectiva en todo el reino.
Y de Amenemhat I, en su 20.º año de reinado, nombró corregente a su hijo Sesostris I (Senusert), para evitar problemas sucesorios y que el relevo de mando fuera paulatino. Así se estableció la pauta de sucesión seguida por la dinastía. De todos modos el final del reinado de Amenemhat I fue violento, ya que murió asesinado por una conspiración del harén. No obstante Sesostris I, que se encontraba combatiendo contra los libios, se impuso y la línea dinástica no se interrumpió. Este hecho sería inspiración de varias obras: Instrucciones de Amenemhat I a su hijo Senusert I (análisis político) y El relato de Sinuhé, obra culmen de la literatura egipcia.
Post Scriptum.– El pasado 8 de junio (2023), la expedición de Lantxabe visitó la Isla de los Museos, en Berlín. Allí, en el Museo Nuevo, pudimos ver una representación de la cabeza de la reina Tiy,
esposa del faraón Amenhotep III, una obra maestra por su naturalidad y expresividad, y una estatua del propio Amenemhat III.
Próximo jueves 29, 19:00. ‘El esplendor de Tebas’ con Maria Jose Noain
Sinópsis
El Imperio Egipcio fue una de las grandes civilizaciones de la Antigüedad. Sobre una base agrícola, muy rica gracias a la riqueza del Nilo, se construyó una sociedad jerarquizada, con el faraón a la cabeza. La larga historia del país fue subdividida por los historiadores en Imperio Antiguo, Imperio Medio e Imperio Nueva. En la primera etapa, la capital se situaba en Menfis en cuyos alrededores se construyeron complejos arquitectónicos funerarios de gran relevancia, como Sakkara o las Pirámides de Gizeh. Durante el Imperio Nuevo, la capital se trasladó al sur, a la ciudad de Tebas, que contaba con magníficos templos, como los de Luxor y Karnak, y los conjuntos funerarios del Valle de los Reyes y el Valle de las Reinas, con hipogeos bellamente decorados con frescos.
Mariajo en la primera parte de la Conferencia. Grandes expectativas para la siguiente